jueves, 28 de abril de 2011

Que mire las necesidades del pueblo y no haga obras superfluas, piden al presidente de Cuajinicuilapa



26 de abril

EDUARDO AÑORVE

CUAJINICUILAPA

A raíz de que se observó a personal del Ayuntamiento midiendo el terreno que se utiliza para realizar la feria del pueblo y otras actividades colectivas, con miras a construir una barda que lo circunde, ciudadanos de Cuajinicuilapa se dijeron extrañados y molestos con este tipo de obras que calificaron como superfluas, toda vez que existen carencias más urgentes que no son atendidas, por lo que pidieron, a través de El Faro, a Salvador Cruz Castro “que mire las necesidades del pueblo” y no se gaste el dinero en obras innecesarias.

En este momento, la inconformidad que da pie a los comentarios sobre la necedad del gobierno municipal para invertir en obras no necesarias es la versión de que se tiene proyectado embardar el terreno donde se realiza la feria de Cuajinicuilapa:

“No puede ser que vayan a construir esa barda”, comenta un ciudadano a El Faro, “a la mejor si el terreno es del municipio, está bien, y si tienen dinero, pero uno se pregunta: ¿por qué van a construir esa barda y no mejor arreglan las calles, como en el caso de la 16 de septiembre, que está toda partida, o la 24 de febrero, o la Aldama?”.

La cuestión que plantea este ciudadano es: “¿Qué es más importante?, ¿que arreglen esas calles, por ejemplo, o que construyan esa barda, si las calles se ocupan más, sobre todo estas del centro? Aparte, en las colonias hay calles por las que no pueden entrar los carros; por ejemplo, a la Vicente Guerrero y a La Gloria, hay calles a las que ni los taxistas quieren entrar, de tan mal que están, y de hecho no hacen viajes hacia esas colonias. ¿Por qué no arreglar esas calles, en vez de embardar ese terreno?”.

En días recientes, el Ayuntamiento pavimentó las banquetas de la casa del presidente municipal, hecho que también motivó suspicacias y críticas en los ciudadanos: “Está bien que pavimenten las banquetas”, comenta una maestra, “pero pareciera que las autoridades están pensando más en tener espacios para que se instale el comercio informal que para transitar por ellas; como puedes ver, las banquetas de la calle principal están cerradas y no puede uno caminar por allí, hay que bajarse a la calle, porque las autoridades no ordenan a los comerciantes”.

Además de las críticas por la invasión incontenible de las banquetas (hecho que aumenta cada vez) por parte de los comerciantes, también surgen preguntas sobre la necesidad que subsana una obra como ésa, sobre todo porque pareciera que el presidente Cruz Castro pretende arreglar su casa y su entorno y no el pueblo y sus carencias.

Aunque la percepción de que el gobierno municipal se aplica en ejecutar obras superfluas viene desde el inicio de la gestión de los hermanos Cruz Castro, con el paso de los días y en presencia de obras como la unidad deportiva de Cuajinicuilapa, los ciudadanos se preguntan sobre los criterios para decidir las obras, sobre todo si se considera que no se atienden rubros fundamentales, como el mercado y el rastro municipales, que se encuentran en condiciones deplorables.

“Ahí está la unidad deportiva. ¿Cuándo la irán a echar a andar? Dicen que costó 35 millones de pesos; dinero tirado. ¿No pudieron ver que hace falta un mercado, que Cuaji se merece un mercado de verdad, en buenas condiciones, más amplio?”, cuestiona una señora.

Ante la falta de información oficial, el rumor sobre las acciones del gobierno está autorizado para servir como información; por ejemplo, se rumora que la entrada a la unidad deportiva será de diez pesos, además de que cada servicio que se ofrezca tendrá un costo adicional.

“¿Cómo queremos que los niños y los jóvenes acudan a la unidad deportiva a practicar algún deporte si se les va a cobrar?”, se pregunta un maestro, quien propone que el costo mínimo de la entrada y el acceso a los servicios debiera ser de tres pesos a los menores de edad; “si no le hacen así, nadie va a entrar a la unidad, va a ser un elefante blanco”, pronostica.

Y mientras se decide la polémica situación de la unidad deportiva, algunos ciudadanos califican la obra como superflua, como innecesaria, como de lujo, sobre todo porque se conoce que existen carencias en otras áreas.

Todavía hay recuerdos y comentarios negativos sobre obras como la pavimentación de la calle San Nicolás o de Las Indulgencias, que resultó costosa y no era necesaria por estar en buen estado; sin embargo, aunque hubo un cambio de presidente la gente no lo percibe como positivo, y más por su insistencia en ejecutar obras sin consenso entre la población, y termina dándole la razón al presidente con licencia, quien vaticinó que su sucesor sería peor: “Cuídense del que viene”, dijo.

Y si bien la población no se cuida de él y de sus obras superfluas, sí se molesta y las critica.

martes, 26 de abril de 2011

A Cuajinicuilapa, bajan indígenas de La Montaña para organizar a los afromexicanos




(Crónica de algunos hechos desde el lugar de los hechos)

24 de abril

EDUARDO AÑORVE

CUAJINICUILAPA

El pasado domingo 24 de marzo se dieron cita unos ciento cincuenta ciudadanos del municipio de Cuajinicuilapa en la cancha de basquetbol de San Nicolás para atender a una convocatoria de los líderes del movimiento contra los recibos caros de la luz, como los nombra la población, aunque en el camino se encontraron con una serie de discursos relacionados con una organización social de miras más amplias, como ellos mismos definieron.

En el acto, citado a las diez de la mañana e iniciado dos horas más tarde, se escucharon por espacio de casi dos horas las propuestas de un par de líderes indígenas de la Unión de Pueblos y Organizaciones Sociales del Estado de Guerrero (UPOEG, según ellos mismos) sobre su plataforma de lucha, dejando hasta el final el tema “gancho” de los recibos caros; sin embargo, el propósito central de este acto fue organizar a los desorganizadas comunidades del municipio afromexicano de Cuajinicuilapa, como también machacaron y dejaron en claro.

Plática pescada al vuelo

Una señora y dos choferes del sitio de taxis de San Nicolás comentan acerca de la reunión que se realizará en ese pueblo con motivo de los caros recibos de la luz. Es la mañana del domingo 24 de marzo.

La señora cuenta su experiencia: pagaba 60 pesos, ahora le cobran hasta 900. Todo comenzó cuando le dio luz a un vecino suyo, que era de fuera y llegó a vivir allí. Al primer chingadazo de la luz, dice, se metió a la casa del vecino y vio que tenía antena, “de esas que se conectan con luz”, refri, TV, DVD de disco y de casét, plancha, licuadora, etc.

Un de los hombres le responde que está bien, que se lo merece, y relata que así es en San Nicolás, que los de billete, los que tienen negocio les pagan a los de Comisión que llegan a hacer la lecturas (que en realidad no hacen sino que acomodan a su gusto e interés) y los dejan sin molestarlos. El hombre culpa de los altos costos a quienes hacen la lectura de los medidores, porque ellos deciden quién paga y quién no y cuánto se paga. Y asegura que ahora todo mundo anda protestando porque les cayó Comisión.

El segundo hombre le responde que, de seguro, él también les da una mochada a los de Comisión, por eso lo habían dejado sin molestar.

Organización, es la cuestión, es la palabra

Son casi las doce del día. La “asamblea” fue citada a las diez de la mañana. Un poco antes de las once, en la bocina de San Nicolás se anuncia una reunión urgente para ver lo de los recibos de luz caros. Los sannicolareños responden organizados: la mayoría desatiende el anuncio y se queda en su casa; menos de cien ciudadanos acuden a la cancha de basquetbol del centro ante el llamado. Allí se encuentran desde temprano una veintena de ciudadanos de Colonia Miguel Alemán y de otras comunidades: Cuajinicuilapa, Tierra Colorada, a los cuales se van sumando otros de Cerro del Indio, Cerro de las Tablas, Comaltepec, Montecillos, hasta sumar unos ciento cincuenta, más o menos.

A las doce da inicio este ensayo de enseñanza de organización por parte de los indígenas de la UPOEG a los afromexicanos de Cuajinicuilapa.

Los comisarios y comisariados presentes (una docena) “se presentan” y manifiestan su apoyo para conseguir que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) establezca en Guerrero el pago preferencial de la luz, apelando a la unidad y la fuerza para que el gobierno les haga caso, aunque algunos comisarios no saben bien a bien a qué acudieron. Las sillas colocadas no fueron suficientes, hay que traer más. Los organizadores locales se quejan de que los organizadores de fuera llegaron tarde y no apoyaron.

El presidente del comisariado de San Nicolás resume la posición de estas autoridades con relación a los altos costos de la energía eléctrica aplicados por la CFE y a la lucha que deben dar: “Me da gusto ver a estos otros compañeros que nos están visitando, a nuestra comunidad. Les pido a ustedes que tengan ese valor civil de unirse: unidos vamos a lograrlo, pero desunidos, nunca, por eso nos están apaleando en todos los aspectos, porque andamos desunidos, compañeros. Es un error grandísimo. Yo los he invitado a que nos únamos [sic] hasta en créditos, pero, todos desunidos, uno por su lado, otro por su lado… nos están golpeando por todas partes, en ese punto. Piénselo bien, compañeros: si los unimos de veras, de corazón, vamos a lograrlo, y si nomás venimos por oír, no hacemos nada”.

Esta reunión no es esta reunión, sino una más amplia

David Bracamontes, miembro de la UPOEG lo anuncia: “Esta reunión es mucho más integral. Los temas, no nada más, los que se van a abordar aquí, tienen que ver con lo que los compañeros dicen de la luz eléctrica, es un tema más amplio. Un punto importante sería saber qué es la organización, la Unión de Pueblos y Organizaciones Sociales del Estado de Guerrero, la UPOEG, un movimiento por el desarrollo y la paz social”.

E invita a un experto en la materia. El propósito de esta organización es clarísimo, y lo enuncia Crisóforo García Rodríguez, de Potrerillo Cuapinole, municipio de San Luis Acatlán, “tlapaneco cien por ciento”: “Nace a raíz de varias comunidades, a raíz de varias organizaciones sociales, algunas tienen más de diez años de lucha, de gestoría, otras tienen cinco, tres, uno, en fin, cada uno de ellos estaba en sus diferentes pueblos, incluso, como pueblos, ¿no? A través de varias reuniones que hemos tenido, conjuntamente con la Policía Comunitaria de la región Montaña-Costa Chica, parte también Centro del estado, que ya, ampliamente, ustedes ya han sabido de esta organización, hemos estado en coordinación con ellos.

“Esta organización inicia cuando en la Montaña vemos que no hay desarrollo, prácticamente en la Montaña baja. Entonces, conjuntamente con varios compañeros de la Montaña comenzamos a revisar que el gobierno nada más estaba dándonos vueltas y vueltas. Vimos la necesidad de unirnos… ejidos… primero pueblos, después los ejidos, después los municipios. Hoy, esta organización está a nivel estatal, etc.”.

Objetivo contundente: que se organicen ustedes, a eso venimos

Luego de redondear las mismas ideas, por fin, este experto aborda el objetivo: “Queremos que todas las necesidades que se tengan de los pueblos sean directamente los comisarios los gestores, número uno, porque si estamos esperanzados que lo haga el presidente o el diputado, que ellos nada más se presentan cada tres años, cada seis años, a pedir el voto, y de ahí se olvidan de nosotros. Entonces, lo que queremos con ello, es de que ustedes se organicen como comunidad”.

Claro y contundente el propósito de estos líderes mixteco y tlapaneco, en su visita a San Nicolás: que los afromexicanos de Cuajinicuilapa se organicen como comunidad, es decir, han bajado de la Montaña para enseñar a los afromexicanos a organizarse.

Tres ejes importantes, los de la UPOEG

Los enuncia el tlapaneco García Rodríguez:

“Uno –que ahorita le estamos dando muchísima importancia porque viene con todo, no sabemos a quién ni quién le pidieron permiso para explotar la mina en la Montaña, y no son mineras, digamos, del estado, son extranjeras, canadienses, pero, por ahí se sabe…–. Más al rato vamos a dar tema por tema. De igual manera con los ejes carreteros: nos dimos cuenta a través del tiempo, de que estos señores de las dependencias del estado de Guerrero, como lo es Cicaeg, la Cdi, tenían oculta muchísima información, así que, ¿cuándo iban a llegar las carreteras a la Montaña? ¡Nunca! Regresaba la lana porque no había proyecto. Una infinidad de cosas. Así podemos ir señalando cada una de las situaciones.

“Caso de la educación. Quizá aquí no tengan ustedes problemas de maestros, aunque lo dudo, pero en la Montaña hay ausentismo, no hay maestros, según. Pero hay maestros que están cobrando, que… los llamados aviadores. Discúlpenme si aquí ofendemos, a veces, pero es la realidad que está pasando en nuestro estado, así está pasando. Hay muchísima gente que está en la secretaría sin cobrar… perdón, sin trabajar, pero eso sí tienen hasta doble plaza. Entonces, algo incongruente. Todo esto nos llevó a unirnos como unión de pueblos, etc.”.

De nuevo, a organizar desorganizados

E insiste, García Rodríguez, aunque agrega algo nuevo: “Aquí, lo que queremos es que sus pueblos se organicen, junto con su comisario, junto con su comisariado, y todas las organizaciones que existan dentro. ¿Para qué? Para defender nuestros derechos comunitarios, ¿sí? Eso va a depender de ustedes, no de nosotros, nosotros nada más venimos a darle a conocer cómo estamos trabajando. Si quieren defenderse del alto costo del recibo de la luz, depende de ustedes; si quieren desarrollo y mejoramiento de los ejes carreteros, ramales y lo que sea, caminos sacacosecha, depende de ustedes. Pero juntos, si nos levantamos, créannos que vamos a sacar todos estos proyectos. Así, a largo plazo, en lo general, es lo que estamos unidos nosotros y la Montaña y parte Centro, y queremos seguir con ustedes porque, de verdad, hemos tenido muy buena respuesta porque no tenemos ningún tinte político: es de los pueblos, desde ustedes y cada uno de ustedes, junto con su comisario, haguemos [sic] la propuesta concreta al nuevo gobierno que acaba de llegar”, y agrega que ha informado de manera muy general, pero que si alguien tiene alguna pregunta está dispuesto a agarrar el hacha discursiva de nuevo para derramar el agreste árbol de las dudas. ¿Así o más político?

La política del gallinero opaca al cuarto nivel de gobierno (¿lo anega de mierda de gallina?)

El viejo líder Bruno Plácido Valerio, de Buenavista, municipio de San Luis Acatlán, quien habla lengua mixteca y es promotor de desarrollo comunitario, miembro de la UPOEG, según sus propias palabras, es llamado al micrófono para terminar de aclarar lo claro que está lo aclarado: la UPOEG.

“Pasa algo muy curioso: que a los de abajo nos aplican la política del gallinero, que solamente creemos que el presidente de la República, el gobernador, los presidentes municipales son la máxima autoridad, y nos aplican la política del gallinero: todo el tiempo nos están cagando. ¿Quién nos va a defender a nosotros como pueblo? Nadie. Solamente nos ocupan en asuntos electorales: votamos y después no nos invitan para gobernar, solamente nos ocupan para votar”.

Y pasa a lo sustancial, a la propuesta del cuarto nivel de gobierno, el que estaría conformado por los cagados de siempre: “¿Quiénes conforman la Unión de Pueblos? Comisarios municipales, comisariados ejidales y representantes de organizaciones, porque, compañeros, en los pueblos somos a quienes más nos dividen, los más pisoteados, por eso nosotros planteamos el cuarto nivel de gobierno, el gobierno de la comunidad. ¿Quién nos representa? El comisario municipal. ¿Quién es la máxima instancia de decisión? La asamblea general de San Nicolás, y quien representa a San Nicolás es el comisario municipal, legalmente.

“Sin embargo, en sus funciones, muchos comisarios municipales, los presidentes municipales hacen lo que quieren con los comisarios. A los comisarios, los ministerios públicos no los toman en cuenta, aunque la ley dice que son auxiliares de los ministerios públicos: a los comisarios los acusan por abuso de autoridad cuando cumplen con su función”, y hace un discurso sobre los propósitos de la UPOEG para fortalecer y defender a estas autoridades y conformar el cuarto nivel de gobierno.

Y concluye con el propósito contundente: “Hoy venimos a fortalecerlos a ustedes y a fortalecer a los comisarios municipales del municipio de Cuajinicuilapa”.

Otros temas, y la creación de contralores municipales

Se abordan y se informa sobre los temas educación y salud; al respecto de éste último, se le pide a la asamblea, sobre puntos importantes, “que los comisarios se conviertan en contralores municipales o comunitarios, que sepan dónde están los maestros, ¿sí? No que haya maestros que estén cobrando sin trabajar. Eso es como un ejemplo, ¿no?, de lo que estamos intentando como plantear un punto específico para la asamblea. Que los comisarios, como contralores comunitarios, sepan de ese concentrado de maestros que están trabajando en la comunidad. Es un punto importante”, plantea David Bracamontes, conductor de la asamblea.

Dando continuidad al tema de la salud, García Rodríguez plantea: “Como comunidad, más que vigilar al maestro, más que vigilar al médico, sino coordinar; o sea, es muy diferente. No podemos volvernos como judicial, también, a corretear maestros: ¿A ver, dónde estás? Sino, cómo coordinarnos: ¿Qué le falta al maestro, qué le falta al médico? ¿Qué podemos cooperar con ellos?”.

¿Así o más descoordinados, los líderes?

Luego darían paso al tema de los ejes carreteros, para aburrimiento del respetable.

Todos somos cuches: el tema de la justicia y de que cada quien se rasque con sus propias y comunitarias manos

De nuevo, para mejor ejemplificar sus enseñanzas, Plácido Valerio recurre a una fábula: “Estaba una vez un granjero que tenía unos cuches, y dice: Mañana me voy a chingar uno de estos cuches, el más gordo. Y se codean los marranitos, y dicen: Oye, ¿ya escucharon que nos van a chingar mañana? Dicen: Nos vamos a unir. Resulta que al otro día temprano llega el granjero y agarra a uno. Y dicen: Oye, ¿no que nos íbamos a unir? Déjalo, como quiera no somos nosotros. Y así se los fueron chingado de a uno por uno. Yo creo que nosotros así estamos. Como dicen: Déjalo, agarraron a Molina, no a ti. ¿Qué te importa?

“O sea, nos educaron a que el problema del otro es de él, y no hay esa corresponsabilidad como vecino, como pueblo. Y ése es el problema que tenemos. Nos educaron nomás a quejarnos. Vamos a la iglesia: Señor, julano que se muera porque me odia. Y el cura, ¿qué? Dice dios: Ya ni la chingan, cargan puras quejas. No, cuando vayamos a la iglesia, que le pidamos al señor: ¿Qué vamos a hacer con esto? Tener ideas, no quejas. Y creo que la sociedad se tiene la esperanza de que: Quizá este gobierno me va a resolver mi problema de seguridad, quizá este gobierno… O sea: somos gente de la esperanza, vivimos en esperanza, en esperanza, y así. Yo tengo 24 años que estuve en San Nicolás y no veo mucho cambio. ¿Qué pasa? En San Nicolás hay doctores, hay abogados, pero, ¿qué están haciendo?”.

Luego de estas cuestiones y otras minúsculas, el mixteco entra al tema: “En asunto de seguridad, el sistema político de este país, nosotros y ustedes somos negocio, o sea, nosotros hacemos ricos a muchos, hacemos rico a Telmex, a la CFE, a la Corona, porque nos educaron a ser consumidores. El sistema de justicia es un sistema de simulación, ¿sí? Por eso, la solución está en manos de cada uno de ustedes. Dicen: la delincuencia organizada. ¿Saben por qué existe el narcotráfico? Porque hay consumidores. El narcotráfico no va a acabar si cada familia de ustedes no revisa, los hijos, dónde andan. Entonces, también tiene que ver con nosotros. Si llega mi hijo con un carro nuevo y sé que él no trabaja, ¿de dónde? ¿Qué estamos haciendo como papá y mamá para evitar el consumo de la droga? ¿Qué está haciendo el papá y la mamá para ver que su hija llega a las tres de la mañana? ¿De qué trabaja la muchacha, o el muchacho?

“O sea, lo que estamos viviendo, somos culpables cada uno de nosotros, desde el que sabe y se calla, desde el que estudió y no ayuda al que no estudió. O sea: somos culpables de muchas cosas. Entonces, esta parte, compañeros… el asunto del abigeato, ustedes saben quién roba vacas aquí. Nos conocemos, por eso les decía, etc.”.

En este punto, varias señoras se levantan de las sillas e inician un lento y constante abandonar la cancha, de dos en dos, de tres en tres; entre tanto, el orador explica su solución al problema de injusticia e inseguridad: “está en las comunidades, pero uniéndonos, porque solos no podemos. La solución va a estar en las manos de cada comunidad. De ahí depende”.

Y regresa con argumentos ya dados, pero agrega otras perlas: “los síndicos se hacen pendejos” porque no asumen su función de ser representantes de los comisarios, muchos de los cuales hacen su “periodo de tontos”, porque “no cumplen sus funciones, se hacen tontos, se la llevan de muertito”.

Al final, el tema estrella: anótense en esa lista los inconformes, así de fácil

Con un tercio de asistentes menos, la asamblea, como le denominan, llega al punto que todos estaban esperando: el alto costo del recibo de luz y la varita mágica para dejar de pagar o pagar menos y no tener problemas con CFE.

Y la propuesta es sencilla: anotarse en el listado para luchar por la tarifa preferencial y participar en el movimiento para vigilar las posibles agresiones de la CFE (cortar el suministro de energía del pueblo, llevarse “las cuchillas”, etc.) y, si es necesario, detener sus camionetas.

Es tan sencilla, que la mayoría parece decepcionada, después de un par de horas de discursos.

Pero los visitantes son claros: “Señores, es lo que venimos a informarles, mucho va a depender de ustedes, no de nosotros, nosotros hacemos nuestro papel de informarles”, asegura García Rodríguez.

También aclara que va a ser una lucha larga, de un mes, un año, diez años…

¿Así o más fácil?

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