miércoles, 17 de abril de 2024

PERIODISTAS Y “PREFERENCIAS” ELECTORALES EN LA COSTA CHICA

 La Esquina de Xipe

Ese maestro en política (por mera experiencia y lectura de libros) que fue Andrés Manzano Añorve, ironizó sobre el dicho de alguien que se ostentaba como “periodista”: «Ha de ser periodista porque tiene periodos», dijo, de bote pronto. Fue certero al aludir esa condición confusa y pretenciosa, vacua, de esas personas presumidas.

Entre nosotros, quienes se ostentan como periodistas suelen tener una mala formación académica (si no, pésima) y viven de las limosnas que los políticos les conceden, a cambio (monedas) de que “hablen bien” de ellos. Usualmente, los políticos aprovechan que los periodistas en la Costa Chica no tienen derechos laborales, ni siquiera un salario justo y digno, y esa condición de inestabilidad les acomoda porque, así, encuentran condiciones para corromperlos y conseguir ser halagados y lamidos en los desos… a bajo costo. Aunque siempre procuran vender caro su amor aventurero.


Por ello, un periodista de ostentación entre nosotros podría escribir cualquier infundio, a cambio de dinero de alguien interesado. Cualquier periodista entre nosotros podría defender cualquier causa sin cuestionamientos éticos ni morales. Ya lo dijo mama Shade: Con dinero baila el can el can-can. O, algo así.

En el actual proceso electoral en que estamos actuando, las deficiencias en el oficio de los periodistas afloran y florecen (permítaseme floripondear con ligereza lírica), porque muchos de ellos hacen promoción política, publicidad política, de los candidatos tales o cuales, utilizando artimañas haciéndolas pasar por herramientas que apoyan sus aseveraciones, apuntaladas por “like” falsos, con el propósito de construir presuntas verdades que favorezcan al candidato que les pague o al que pretendan “ayudar”.

Veamos un ejemplo reciente. En el muro de Facebook de Radio y TV Ometepec se lee: «Rafa Navarrete encabeza preferencias en Ometepec y la CostaChica [sic]. *El candidato a Diputado Federal consolida el apoyo de diversos sectores y ciudadanos en la región». Sin embargo, no ofrece datos sobre esta aseveración, sino, apenas, una confusa explicación: «Ciudadanos, comerciantes y transportistas del sitio de taxis No 3 de Ometepec, manifestaron su respaldo y apoyo a su paisano Rafael Navarrete Quezada quien encabeza las preferencias en la Costa Chica como candidato a Diputado Federal por la Alianza “Fuerza y Corazón por México”».

De tan insustancial, esas frases ni siquiera son informativas sobre las preferencias electorales, sino de la falta de profesionalismo de ése que se hace llamar un medio de comunicación.

Pero hay publicaciones donde la irresponsabilidad periodística y la falta de profesionalismo son muy evidentes y chocantes, mayúsculas. También, en un muro de Facebook, el denominado HeyBocón, se publicó la siguiente “noticia”, el 31 de marzo: «El pueblo pone y el pueblo quita. Arrasa Rafael Navarrete Quezada en distintas encuestas digitales lanzadas en últimos días. Tal parece ser que la gente de la Costa Chica ya se cansó de la llegada de foráneos que utilizan a este zona tan noble, como botín político cada tres años. La tendencia es irreversible en la encuentra [sic] que realizamos».

De nuevo, está presente en esta “nota” la xenofobia contra “foráneos” [léase Marco Antonio de la Mora, de la coalición Sigamos Haciendo Historia]. Y acompaña a esta indeseable actitud la  ausencia de datos que funden la aseveración sobre que el descabellado Navarrete, el candidato “costeño” a la diputación federal, “arrasa” en conseguir la aceptación de “la gente de la Costa Chica”, y que “la tendencia es irreversible”. Es decir, se mencionan “encuestas digitales”, pero no se muestran, ni las metodologías, ni los cuestionarios, ni los resultados, etc.

Incluso, en la publicación se acude a la triquiñuela de colocar una fotografía de buena calidad del “arrasador” y una de su oponente, donde éste aparece difuminado, borroso. ¿Más manipulación, “don” Bocón? Por cierto, en 2015 me tocó presenciar cómo “negocia” “don” Bocón sus convenios “periodísticos”. De asco y pena, aunque, para quien no tiene vergüenza siquiera, pedir con extorsionar son lo mismo, y más, porque siempre anda hambreado.

Pero, una primera pregunta se impone en esto de la “encuesta” o las “encuestas” boconas: ¿Cuál fue el tamaño de la muestra, en un distrito que suma unos 164 mil 500 ciudadanos? Es decir, ¿a cuántas personas consultaron para tener ese resultado y afirmar que el candidato del PAN-PRD-PRI “arrasa”? Una encuesta requiere, mínimamente, una muestra del 10% de ese universo, es decir, una consulta directa a unos 16 mil 500 ciudadanos, más o menos. ¿Consultaron a este número de ciudadanos, en una muestra que incluya a los 12 municipios, a personas que vivan en el área urbana, tanto como en la rural, de distintos rangos de edad, de los diversos estratos económicos, de ambos sexos, de los autoreferidos como indígenas y como afromexicanos y mestizos, de diversas ocupaciones y profesiones, con variada escolaridad, etc.?

Probablemente ni idea tengan los bocones de qué es una encuesta.

Pero, el 5 de abril, continuaron con su propaganda: «Rafael Navarrete Quezada continúa con su alta aceptación y se perfila para ser un #CosteñoQueCumple representando a las y los costachiquenses como diputado federal». Lo dicho: Con centavos baila el can el can-can. Por cierto, sólo en el caso de estos dos contendientes ya mencionados, los bocones hicieron este, digamos, “ejercicio estadístico”, dejando fuera a Gabriel López, el candidato de MC. ¿Porque es indígena?

En ambos ejemplos, y en otros que por ahí circulan, pudieron haber recurrido esos periodistas canallas a otros métodos de análisis que incluyan números, datos, para obtener una percepción más acertada de la realidad política de la Costa Chica, en lo que se refiere a la diputación federal por el Octavo.

Revisemos algunos números.

En la elección de 2018, el candidato de la coalición PT, Morena y Encuentro Social obtuvo 71 mil 695 votos (40.88 % del total de la votación); el de la coalición Alianza, PRI y PVEM, 48 mil 261 votos (27.52 %); y el de la coalición MC, PAN y PRD, 44 mil 770 votos (25.52 %).

De esos votos, sólo el Morena, consiguió 58 mil 977, sobrepasando con mucho a las otras dos coaliciones con que compitió; el PT, unos 8 mil 900.

En la elección de 2024, la candidata de la coalición PT, Morena y PVEM obtuvo 84 mil 870 votos (51.27 % del total de la votación); y el de la coalición PAN, PRD y PRI, 63 mil 407 votos (38.30 %).

El factor “AMLO” tuvo una gran importancia en estos triunfos y, por lo que aparece en las encuestas nacionales, todavía lo tendrá en 2024, particularmente porque la coalición PT, Morena y Verde tiene el objetivo de ejecutar con éxito el llamado “Plan C” y, por lo que también se muestra en las encuestas nacionales, el factor “Claudia” también está influyendo en obtener un triunfo electoral mayor al de 2018, superando los 30 millones de votos de la jornada próxima.

Ahí están esos números, esos datos, y parece que sí hay una tendencia irreversible, y no parece ser que sea la que los periodistillas costeños quieren imponer para desquitar los centavos que su patrón les limosneó. Porque, además, si la descabellada idea de que el candidato de la oposición va a ganar fuera irreversible, ¿por qué empeñarse tanto en imponerla? ¿Para qué “invertir” tantos centavos en algo que no tiene vuelta atrás? Digo, no creo que al descabellado “Rafa” le sobren los centavos como pa’ tirarlos, o está bien wey (como dice su candidata nacional). Nel, es el miedo: ya sienten que la coalición “Sigamos Haciendo Historia” les va a dar una arrastrada y hasta una “arrasada”. ¡Adiós, privilegios!

Lo dijo Álvaro Obregón, en relación a los militares: «No hay un general que aguante un cañonazo de 50 mil». Pero acá, algunos peridistillas bocones piden de a 100 mil pa’ arriba. Digo, a lo mejor hasta a uno, con un “cañonazo” de ese calibre, se le quita lo bocón. Como dicen que dijo la huehueteca (y no, la huehuechuda): Si el candidato que representa y defiende a Xóchitl Gálvez, la del PRIAN; si Rafaelo es tan chicho como pregona, que nos cuente de a cuánto fue la limosna con que le hinchó la boca a “don” Bocón, por ejemplo. Puede ser el buen comienzo de una tendencia irreversible, la de la dignificación de su corrupto quehacer político anterior. Pero, en realidad, esta petición es retórica: Los priistas, como el perro que come huevo: ni aunque les quemen el pico. O el hocico. Iba a decir que el Bocón es priísta, pero estoy errado: el baila el can-can asegún los dineros que le dan.

Seguidores