Eduardo Añorve
Cuajinicuilapa de Santamaría, Gro.
30 de septiembre de 2015
Los pescadores de Punta Maldonado, El Faro, en el municipio de Cuajinicuilapa, están entre indignados y resignados porque desde hace muchos meses no hay farero y porque no se le ha dado mantenimiento al faro, hecho que pone en riesgo sus vidas, toda vez que en ocasiones no se enciende y no puede auxiliarlos cuando andan en alta mar.
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes no ha designado un farero para el faro de Punta Maldonado desde que falleció Rafael Polanco, hace varios años, quien tenía ese cargo.
Algunos pescadores dijeron a Diario Alternativo que desde hace cuatro o cinco año solamente han mandado a un trabajador de esa secretaría que ha estado trabajando en el funcionamiento del faro unos cuantos días para luego ausentarse por meses, pues, suponen, todavía no está adscrito laboralmente a Punta Maldonado.
“Lo mandaron de Acapulco, parece, y él vino una que otra vez, pero en su lugar ha dejado a una señora que no tiene esa experiencia de saber trabajar el faro; nomás le dio una que otra enseñanza de cómo apagar y encender la luminaria y otras cositas, pero, pues, no es culpa de ella, ella hace su mejor esfuerzo”, relata un pescador.
En efecto, la señora que atiende ahora el faro y las instalaciones en que se encuentra es de suyo amable, y reconoce que ella no sabe bien todo el manejo del faro, pero que hace lo que puede de buena gana.
Esa carencia de un farero se traduce en riesgos para la seguridad y la vida de los pescadores que salen en lancha de motor a alta mar a pescar guachinango, por ejemplo, pues hay veces en que por estar en mal estado el mecanismo no se enciende el foco del faro.
Y ése es otro problema que enuncian estos pescadores: hace mucho que dejó de darse mantenimiento al faro de Punta Maldonado, y a pesar de que su mecanismo está hecho para que se auto abastezca de energía eléctrica a través de celdas solares y una batería, no siempre funciona al cien por ciento, y cuando no se enciende el riesgo para los pescadores aumenta.
Se quejaron, además, de que la SCT los tiene en el olvido, tanto en lo que respecta a la designación del farero como al mantenimiento que tiene que dársele al mecanismo para que funcione al cien por ciento, y también porque esta carencia ya comenzó a deteriorar la lámina del techo que protege a la lámpara, y temen que este daño crezca y termine siendo cuantioso.
“Están en riesgo nuestra seguridad y hasta nuestras vidas, como pescadores que somos, pues en mucho dependemos de que el faro funcione al cien por ciento, y si se daña y no se repara, los primeros que sufriremos las consecuencias somos nosotros”, advirtió uno de estos pescadores.
Y concluyó: “Y no sólo eso, también pone en riesgo la vida de los que viajan en barcos y que pasan por aquí, pues si este faro no funciona, podría ocurrir que alguno de ellos encallara porque la profundidad es poca, como bien se sabe”.
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