domingo, 25 de septiembre de 2011

Valente Marín, compositor sannicolareño de canciones

22 de septiembre

EDUARDO AÑORVE

CUAJINICUILAPA

Valente Marín Mendoza tiene 50 años, vive en San Nicolás, municipio de Cuajinicuilapa, de donde es originario, y compone canciones que ya no canta en público porque una enfermedad truncó su carrera como cantante. En 1996 tuvo una enfermedad que puso en riesgo su vida y lo dejó en un estado de debilidad física que le impidió y le impide cantar como le gustaba: ante el público, fuesen amigos o en bailes, cuando formaba parte del grupo 5 en ritmo.

En esos días acababa de grabar un casét con canciones suyas, acompañados con dos músicos sannicolareños: Ildefonso Foncho Rendón y Félix Petatán.

Sin embargo, sus canciones y su estilo fueron recogidos por un amigo músico suyo, Eudocio Cisneros, quien canta sus corridos actualmente en Estados Unidos, como el de Perruco o el de Zacarías Noyola, el cual también es escuchado en la Costa Chica, o canciones como En mi relinchón. En esta entrevista, Valente Marín platica a El Faro sus experiencias como compositor y músico, y aunque su salud está disminuida, su pensamiento es rápido y , aunque su memoria a veces no responda de igual modo, producto de ese estado.

Sentados en la sala de su casa, al principio, la conversación fluye con lentitud; sin embargo, cuando los recuerdos aparecen, Valente se anima, sus ojos brillan con intensidad, sonríe constantemente, aunque a veces se ensimisma y pierde la mirada en el vacío, como espectando la nostalgia.

-¿Qué se siente ya no tocar guitarra?

-Feo.

-¿Por qué?

-Imagínate que te gustan las mujeres y ya no puedas… Es un gusto, algo que nace de ti, desde lo más profundo y que, de repente, ya no puedas… es muy triste.

-¿Cuántos años tocaste guitarra?

-Empecé como a los 16, 17 años.

-¿Y a qué edad dejaste de tocar?

-Como a los 36, desde que me enfermé.

-Veinte años tocando guitarra. ¿Cuál fue tu primera canción?

-Pues, mi primer canción, las que me empecé a aprender… Yo tenía un vecino, al que admiraba. Te acordarás de él: Benjamín Villanueva. Te imaginas: a mí me gusta la música, y él andaba tocando la guitarra, andaba en la música. Entonces, allí empecé a aprender. Cuando él empezó, andaba con el Mar Azul, Soledad. O esa de Nina, creo

-¿Y ya, agarraste por tu cuenta?

-Sí, ya después, Félix Petatán me empezó a enseñar; y de allí, solito.

-¿Cuál fue la primer canción que compusiste?

-Un corrido, el corrido de Lorenzo Bruno. También el de Zacarías [Noyola].

-¿Y por qué corridos?, ¿por qué no boleros o baladas, por ejemplo?

-¡Ah!, también, pero casi fueron los primeros. Como estaba más fácil, por lo de las pisadas y todo eso… el ritmo, y con eso empecé…

-¿También la letra es más fácil?

-Pues sí, a mí se me hace más fácil. De allí, algunos boleritos…

-¿Has seguido componiendo?

-Así, pero poco, porque tu mente anda en otras cosas.

-En las vacas…

-En las vacas, en los hijos. Mira, eso de componer, compones por algo, no por componer, porque tú… en el momento en que vivas, en la situación en que estés, o sea, pues, lo que cargas en la cabeza.

-¿Cómo componías, tú?

-Cuando andas despejado y solo, te nace alguna idea y… ya sea por experiencia personal o por experiencias de otros. Apenas, hace como unos veinte días me puse a hacer una cumbia.

-¿Cómo nació 5 en ritmo?

-Yo me fui con mi papá para México, y cuando me vine de allá, ya estaba ese grupo, y me empecé a pegar con ellos, me invitaron. Estaba Julio, Bruno, Paulito, Higinio y Andrés; ya que entré yo, salió Paulito…

[En los ochenta, a principios, en San Nicolás se armó ese grupo, el cual llegó a tener relevancia regional; sin embargo, terminaron quebrando]

-¿Por qué nunca grabaron?

-Pues, yo le echaba los kilos. Estaba Miguel, era el representante de nosotros, le gustaba la hojita, las mujeres, y otros de ellos también tenían ese vicio. Pues, comenzaron a comprar algunos aparatos. ¿Te acuerdas? Una batería muy grande, eléctrica. Nosotros, las tocadas que teníamos, no cobrábamos con la ilusión de irnos superando. Éramos socios. Pero, pues, Miguel, en vez de ahorrar… Como en dos ocasiones que fue a pagar la letra del equipo que teníamos, supuestamente lo asaltaron… y venía con televisión, con otras cosas y, pues me enfadé. No, qué voy a estar perdiendo mi tiempo. Vivía mi agüelito en ese tiempo. Dice: No, deja eso, te vas acabar tu vida

-Ya tenían un buen número de canciones. ¿Quién más componía, aparte de ti?

-Pues, casi yo. Bruno, pero no.

-¿Qué canciones les pegaron en ese tiempo?

-Una que… Vete con él, Ya me voy [Canta]: Mi risa te parece tonta/ y tus “gracias”, frías,/ en cambio tú si la entretienes/ más que yo, amigo.// Te miro como al peor de todos/ pero vales más que ello/ porque tienes todo,/ porque me has ganado/ lo que yo soñé… Ésa.

-Hay unas canciones tuyas, en un casét, que grabaste con Foncho Rendón…

-Con guitarra… Ese casét lo saqué, bueno, lo sacamos con Bucho Noyola, porque él registró una marca [SiTi Cimarrones] y me invitó a que grabara en su marca, y le acepté. Escogí algunas canciones, invité a Félix y a Foncho. Empezamos a ensayar, unos ocho días, más o menos, y nos fuimos. Pero, estando allá, justamente en el estudio, empezamos, reventamos todas las canciones sin equivocarnos, y decía el señor que ya. Orita van a escuchar. Todo, todo mal. Así nos aventamos como dos días.

-¿Por qué estaba mal?

-No servían los aparatos, que a veces que la cinta… bueno, todo mal. Ya, se ponía a arreglar. Tenía un técnico allí. Y luego, vamos a grabar de nuevo. Nos cerrábamos, y a lo mismo. Al último, pues, se rajó el señor: No, pues. La verdad, no puedo. Estábamos en Acapulco, y el gasto [hecho], y se salió a buscar, Bucho, y encontró un estudio donde cobraban como doscientos pesos por hora, y cargábamos nosotros setecientos pesos. Y, pues: Vamos. Nos vamos a aventar como salga, sin equivocarnos nada. Aunque nos equivoquemos, como salga.

Pero, antes, el del estudio, el dueño se… mientras estaban otras personas grabando, y nos pusimos medio a convivir con el del estudio. Ya, cargábamos una guitarra, y me eché unas canciones, pero no las que íbamos a grabar, me eché otras canciones mías, románticas, que tengo, y le gustaron mucho. N’ombre, dice, te invito, te doy el estudio el tiempo que tú quieras, pero nomás me vas dejar meter unos poemas en tus canciones. Y, mandó a traer una botella, empezamos a tomar y… al final nos metimos a grabar, grabamos rápido y ya ni nos cobró, para hacértela sencilla. Y ya, cuando hicimos la grabación y todo eso, nos venimos, y me enfermé, y allí paró todo.

[Esa cinta, sin nombre, incluye las canciones Dos hermanos (corrido), Señora (balada), En mi relinchón (merequentegue), Lorenzo Bruno (corrido), Roberto Álvarez (corrido), Tres valientes (corrido), Chuchín y José (corrido), Voy a San Nicolás (Chilena), Dos culpables (corrido) y Seré tu huella (balada)]

-¿En que año fue eso?

-En el 96. Salió el casét y yo estaba en el hospital.

-¿Cuánto tiempo estuviste encamado?

-En el hospital, seis meses; después me vine para acá. No me recupero bien, pero acá ando. Ya, esto, es una vida que ya me quedó para siempre.

-Sigues componiendo. Tus canciones siguen dando la vuelta. ¿Cómo se llama el que las canta? Sigue tu estilo, ¿no?

-Eudocio Cisneros. Al final, lo metimos al grupo, lo animamos a que le entrara a tocar la batería; él iba iniciando en la música, y a uno lo va fogueando eso: se crea una amistad. Yo pienso que en ese tiempo que anduvimos juntos, él, pues, le gustaría un estilo.

-¿Y cómo hiciste tú para conseguir ese estilo?, ¿a qué cantante admirabas?

-Pues, todos, nomás que hicieran las cosas bien. Nunca tuve un, así… sí tengo: José José, Joan Sebastian.

-¿Cómo le hace uno pa tener un estilo definido, en el caso de los cantantes?

-No, yo pienso que eso no lo aprendes, eso ya es algo de ti, es un don.

-Y, ¿componer?

-Es la facilidad que… vas desarrollando, porque al principio no tienes la misma facilidad, y después ya la vas desarrollando.

-Sí, pero, ¿cómo le haces? ¿Te pones a leer?, ¿escuchas a otros?

-No. Te nace, por decir… Por ejemplo, escuché entre los chamacos una plática… Por decir, así te nace una idea: fue a ver su novia y llevaba un chupetón, y la novia… estaban platicando… y la novia le vio el chupetón y lo mandó a volar, por el chupetón. Entonces, me nació, por decir, la idea, y hice la canción.

-Pero, ¿qué hiciste?, ¿cumbia?, ¿bolero?

-La tengo… o sea: haces la canción, claro, en este caso puede ser cumbia, merengue, lo que sea, posteriormente le puedes poner el ritmo que tú quieras, pero lo importante es la idea, y que termines la idea. Porque, por ejemplo, dice… escuchas la historia de esa personas, o te creas la historia. Primero, la historia, como un corrido; ya, después, empiezas la idea y le das el ritmo que más o menos tú quieres, porque tienes que hacerla junto con la música [canta]: Me puse la camisa/ y me abroché el botón/ muy pegadito al cuello/ pa taparme el chupetón,/ pa taparme el chupetón,/ pa taparme el chupetón…

-Pero, ésa ya va pa cumbia…

-Va pa cumbia, pero puedes darle el aceleramiento que tú quieras… [Canta]: La cita era con Tere,/ celosa, ese primor,/ había que hacer las cosas/ con mucha precaución./ Que no viera el chupetón,/ que no viera el chupetón,/ que no viera el chupetón…// Cuando llegué a la cita,/ corriendo me abrazó./ Entramos a una disco/ y bailamos un cumbión./ No descubrió el chupetón,/ no descubrió el chupetón,/ no descubrió el chupetón…// Al calor de las copas/ bailamos de jalón/ y en una media vuelta/ se reventó el botón./ Me descubrió el chupetón,/ me descubrió el chupetón,/ me descubrió el chupetón…// Me dio una cachetada/ y llorando se alejó/ y allí perdí a mi Tere/ por culpa del chupetón,/ por culpa del chupetón,/ por culpa del chupetón…

Y ya, desarrollas la idea, por decir. No precisamente pueda ser la historia, exactamente como es, porque ése ya sería un corrido, pero tú la vas, de acuerdo a como vaya… porque no le puedes meter… tienes que ir rimando todo desde un principio y de acuerdo a la música.

-Bueno, hiciste una cumbia, pero pudiste hacer un bolero, algo triste, ¿no?, con esa misma anécdota.

-Puede ser. Pero, lo más gracioso es lo del chupetón, es lo que mueve todo. Y cómo tú dices, ya sería otra cosa.

-El otro día, un amigo que tengo… para explicarme mejor… se le murió su esposa y me dice: Oye, quiero que me hagas una canción. Y ahí me la pone difícil porque, para que tú hagas una canción de ese tipo necesitas vivir el… saber… para que tú agrades a esa persona que te está pidiendo esa canción necesitas meterte en su mundo y sentir lo que él siente…

-¿No se puede? ¿No intentas imaginarte…

-O sea. Ahí tienes que esperar el momento, porque no se puede hacer como un corrido; un corrido lo haces en un ratito…

-A ti te dio risa [lo del chupetón] porque no te tocó a ti; si la cachetada hubiese sido para ti, quién sabe si pensaras lo mismo o hubieses escrito una cumbia, sobre todo porque lo dejó la novia…

-Y es que necesitas vivir el momento…

-¡Ah!, pero eso me lleva a una pregunta que quiero hacerte desde hace años. Normalmente el corrido habla de valor: Don Valente era valiente/ y se mataba con cualquiera… ¿Con quién se mató Roberto Álvarez?

[Risas]

-¡Ah! Es lo mismo del chupetón: lo gracioso.

-Pero es corrido; tú me acabas de decir que el corrido tiene que ser…

-Allí, eso nació porque… como tú dices: Tú tienes la facilidad para hacer eso. Estaba explicando antes que mi amigo me pidió una canción para su esposa, que había muerto, y allí me la puso muy difícil…


-¿Cómo dice la canción? Porque, me imagino, la hiciste, ¿no?

-Pa empezar, tuve que acercarme a él y platicar con él, platicar mucho tiempo para llegar, más o menos, qué es lo que quería que dijera yo, para tantearlo qué quería él que yo dijera en la canción. Y es lo mismo en un corrido o en una cumbia que tú me pidas: necesito meterme a tu mundo, tratarte, tratarte, tratarte y hasta llegar a la conclusión de qué es lo que quieres.

-O sea, ¿tardaste mucho?

-Más o menos, tuve que platicar varias veces con él, no precisamente iba a eso, pero trataba, y ya, meterme. Entonces, la canción dice… él tiene cuatro niños… [canta]: Señor, apartaste de mí/ la razón de mi vida./ Eso fue tu voluntad/ pero no la mía.// Acepto de boca su adiós/ porque entiendo que así es la vida,// pero siempre en mi alma,/ pero siempre en mi alma/ vivirá mientras yo viva.// Ayer, por primera vez/ vi triste a mi familia/ y es que, al servir, en la mesa/ había una silla vacía.// Lloré, más me armé de valor/ y entendí que así era la vida/: Había que caminar./ Todo tiene un final,/ pero sigue la vida.// Y hoy voy a decorar la casa/ como tú querías,/ y vamos a poner la mesa/ donde tú decías,/ y será mi religión/ la que tú querías.// Amor, aunque no estés aquí/, vivirá tu familia y será/ lo que tú anhelabas en vida.// Tú serás siempre el sol/ que alumbre en nuestras vidas,/ y al final de mi adiós todo quedará/ como tú querías.// Y hoy vamos a dejar tu cuerpo/ donde tú querías,/ y voy a visitar tu tumba/ mientras que yo viva,/ y me van a enterrar junto a ti/ cuando ya no viva,/ y me van a enterrar junto a ti/ cuando ya no viva,/ y me van a enterrar junto a ti/ cuando ya no viva.

O sea, tenía que meterme en su… o sea, lo que él quería, lo que él soñaba, y me la puso muy difícil. Algo que…

-…que nunca habías hecho…

-…que no es mío, que no es mío y tenía que expresarlo.

-Bueno, pero tú también has hablado de historias que no vives y que conoces y sientes, las agarras…

-…pero tienes que buscar el momento…

-…porque el corridero hace eso: el corridero las agarra…

-…hay momentos en que estás sensible, o qué se yo, y te pones a hacerlo y ya, logras la idea, y ya la vas desarrollando después. O sea, no es algo que digas: Voy a hacerlo, y ya. O, que tal compositor hace tres canciones, una diaria, no, para mí que eso es mentira. Tiene que ser un momento en que nace la idea, las condiciones, y la desarrollas.

-Platícame del Corrido de Roberto Álvarez.

-El corrido de Roberto… ¡Ajá! [Y cuenta la anécdota de cómo se enteró del suceso, en que después del hecho narrado por el corrido, llegaron a su casa los protagonistas]

-Pero, en el corrido no cuentas todos esos hechos, eso también es parte de la historia verdadera…

-Pero no puedes ir metiendo… te vas a una hora si vas metiendo todos los pasajes, tienes que sintetizar, más o menos, toda la historia. Ya, después, como a los tres o cuatro días llegó Chepe Cortés; traía, me acuerdo, una gallina y una totola. Por cierto, se la había robado, Chepe… [Risas]. Y dice: Primo… me llegó temprano, ‘taba crudo, yo. Vengo a que me componga el corrido de Roberto. Le digo: Solamente que me mate esa gallina… una rodaila, que traía... y me mande a trai un cartón de cerveza. Yo, nomás le dije, y me dice: No, ya está. Y agarra la gallina, tras-tras, del pescuezo, y la tira, y le habla a mi mujer: Guise la gallina, prima. Guísala. Mandé a traer el cartón de cervezas, y empezamos. Y ya, como a las dos o tres horas ya estaba el corrido, lo iba haciendo, allí, en ese momento, y como ya me sabía la historia. Ya, se lo hice y se lo grabé en un casét. Pero, yo conté la historia.

-Hay corrideros que cantan corridos de tres o cuatro horas, pero meten todo lo que pueden meter de la historia…

-¿Un solo corrido? Jum… Tienes que hacer una historia más o menos sintetizada porque, si meto lo de la orinada, meto lo del puñete, ¿cuándo acabo…

-…lo de la gallina…

[Risas]

-Por decir, todo se expresa dependiendo el momento. Por ejemplo, el corrido dice: Ya me voy a despedir/ acordándome de un gallo/ que en el palenque corrió/ pero me lo están guisando… [Risas] Yo, a mí me estaba dando el olor del caldo cuando estaba haciendo el corrido.

-Pero cuando dices “gallo”, lo dices en varios sentidos; eso ya es burla, ¿no?

-Ajá, burla.

-No se portó como “gallo”.

-Ajá: Así se mueren los hombres,/ se mueren como los gallos…

-Pero, éste ya no es un corrido de valor…

-Es un corrido que habla de un relajo, de un desmadre, pero fue cierto, porque no es mentira.

-¿El corrido tiene que ser verdadero?

-Sí. Lo más verdadero. Bueno, a mí no me gusta… porque hay algunos que componen y le ponen mentiras. Yo trato de hacer el corrido más sintetizado pero con la verdad, y no meterme tanto, porque luego te metes en detallitos de quien lo mató…

-…y te vienen a buscar…

-Sí, te vienen a buscar, y al rato te matan a ti. He hecho algunos corridos, y a veces se molestan sus familiares, y ya no los canto, pero tampoco lo hice… trato de dar un mensaje, un poquito… Mira, por ejemplo, en el corrido de Zacarías, que dices que te gusta, que al final dice: Ya con ésta me despido./ Le digo al que lo mató:/ Si acaso escuchas mi canto,/ dime, ¿tuviste razón?/ y si acaso no la tienes/ ya lo pagarás con dios. Te habla más o menos de un sentimiento… porque él era mi primo, entonces, yo…

-A mí me gustaba cómo lo cantabas. Se notaba, por el sentimiento, que era alguien cercano a ti, con dolor todavía…

-Y ya, últimamente, los corridos que he hecho, los hago cuando me los piden, porque te metes en… Una señora, una vez me iba a dar un botellazo por un corrido…

-¿Qué corrido?

-El de Lorenzo, porque allí, te digo, no tenía la experiencia que ahorita tengo, pues, dije lo que el pueblo dice, todo, que era mañoso, y, ¿cuándo a algún familiar le va a gustar que digan que su… a mucha gente le… o sea, es delito, para ellos, que tú digas la verdad.

-¿Cobras por componer un corrido o una canción?

-No, yo, con la música, no…

-Es un trabajo, ¿no?

-Cobrar, nunca me gustó, nunca. Es algo que a mí me gusta [componer], y lo hago por gusto. Inclusive, tal vez por eso me fui metiendo mucho en el alcohol, porque, por ejemplo, los amigos me decían… tocaba la guitarra: Vamos a dejar una serenata. Vamos. Que: Estoy tomando, ven a tocarme. Sí. A otro día, te gusto cuando te dicen: Ay, gracias por la serenata. Algo que a ti te gusta, como el deporte, ¿no?

-Tus corridos se cantan no sólo aquí sino también en Estados Unidos; ¿qué sientes?, ¿qué piensas? A lo mejor ya no eres tú el que canta, pero tu música sigue, sigue tu estilo.

-Pues, una satisfacción que tienes. Esté mal o esté bien, como cuando tú tienes un hijo y dicen está bonito aunque esté feo, te halaga, ¿no? O sea, te gusto porque algo que te gusta y nace de ti, que otra persona lo acepte y lo aprecie, es una satisfacción bonita.

No hay comentarios:

Seguidores