jueves, 17 de diciembre de 2015

Una historia de violencia soterrada en Cuajinicuilapa

LA ESQUINA DE XIPE
Eduardo Añorve
Qué decirte
que no te hubieran dicho antes
la muchacha de la casa, la tía solterona:
resignación y experiencia.

Juan Gustavo Cobo Borda

Era demasiada coincidencia que la mujer que denunció en estas páginas al secretario del Ayuntamiento de Cuajinicuilapa (el Licenciado Churro) por actuar arbitrariamente y en su contra haya sido encarcelada cuatro días después y remitida a Acapulco. Sospechoso, también. La nota que filtraron a los medios informativos decía que la Policía Ministerial montó un operativo para detenerla, pues había estado prófuga de la justicia durante 5 años. Antes de seguir, aclaro: escribo Licenciado Churro, como se le conoce coloquialmente (incluso su propio jefe, el Vampirito-García-Cisneros, lo llama o se refiere a él con ese apodo) porque no todo mundo conoce su nombre y sus apelativos. Regreso al punto. Ahora se sabe que el Licenciado Churro la delató, aunque no tengo claro si la delató en venganza por haberlo denunciado como mal funcionario público que es (y testimonios en ese sentido hay como pa’ llenar tres costales y medio) o si por llamarlo Licenciado Churro en público y ante un medio informativo que tiene amplia difusión. El caso es que ese hombre delató a esa mujer. Delator.
Pero... porque siempre tiene que haber un pero, dicen... antes de que él la delatara, o le pusiera el dedo, la tía y la mamá del Licenciado Churro despotricaron contra ella, con el peregrino argumento de que qué bien que el marido de la mujer que lo denunció la maltratara, que ella se lo buscó, que ahora se aguante... pero estoy repitiendo de memoria, lector desmemoriado, mejor transcribo lo que la tía Oralia Rosario Medina Mariche escribió en el Facebook cuando apareció la nota en que esta mujer se quejaba de que el secretario del Ayuntamiento de Cuajinicuilapa la engañó:
“Frustrado de profesion no te metas con mi familia , si realmente sabes y conoces a fondo el problema ,que no te cuenten hechos , Luz ya tiene años y el marido nadie se lo escogió lo buscó ella y sabía a quien se echaba a la uña así que no busque culpable la culpable es ella desde el primer momento que aceptó un golpe no ahora que ya esta en el pozo ahogándose y la instancia no es ahí ella sabe donde ir y comprobar todo para no andar dando lástima por una red social hay que tener dignidad como mujer y valorate como tal”. Se respeta la redacción, claro está. Alguien le respondió (Juan M Alvarez): “Entonces usted está de acuerdo con el maltrato que ella sufre como mujer y el trauma psicológico causado a los pequeños?””. Nadie dijo esta boca y este pleito son míos para responder.


Un argumento igual utilizó la mamá del Licenciado Churro cuando abordó a este tecleador para reclamarle por qué se estaba metiendo con su adorado hijito, al cual, de seguro, envidiaba. O sea: que se chingue Luz porque ella propició o ha propiciado esa situación. Bueno, vale aclarar que Luz tiene escasa instrucción escolar, en tanto que la tía y la mamá del secretario del Ayuntamiento de Cuajinicuilapa son académicas de prestigio, egresadas de prestigiadas instituciones de educación superior, como el mismo defendido (abogado de oficio, dicen, por la UAGro). Aclarado lo tal, estas mujeres aseguran que qué bien que el marido de Luz se la siga chingando porque ella lo buscó y lo busca. Todo lo demás son falsedades. Y, además, si se dejan que se la chinguen, se lo merece por pendeja, o algo así.
Esta columna no tiene el propósito de reflexionar o juzgar si la vida que Luz ha llevado y seguirá llevando es la correcta y justa y buena, ése es su problema. Este columnista se interesa en cómo esas y otras mujeres culpabilizan a Luz y justifican que él la golpee. ¡Ella se lo buscó!, ¡ella se lo busca!, ¡qué bueno que se la chingue! A ella la acusan de muchas cosas (de esas que todo mundo hace, pero que suele ver y criticar mal en los demás y no en los de casa), y no dudo que pudiera tener una conducta irresponsable, pero de allí que ella se merezca que la golpeen y la maltraten por ello, hay un gran trecho. Es curioso que los hechos de violencia que Luz denunció hayan ocurrido el día en que los funcionarios del Ayuntamiento y de otras instituciones gubernamentales “celebraran” públicamente la jornada de exigencia de la eliminación de la violencia hacia la mujer.
Gente que conoce de cerca a esta mujer violentada hace un rosario de sus defectos, de sus malos actos, de su mala conducta, y se queja de que a ellos también los ha afectado. Son mujeres que han vivido situaciones de violencia similares a las de ella, o que las viven, pero que suelen reaccionar bravuconamente ante la violencia, aseguran, como la tía del secretario defendido: A mí, cuando quisieron darme el primer golpe, no lo permití, no soy una pendeja; yo sí soy digna, yo sí me valoro como mujer. ¡Es su culpa, pues! ¡Ahora que se aguante como mujer que es y no ande de chillona, dando pena en público! Ese poeta colombiano sí que sintetizó bien esa “orden” que la educación burguesa suele imprimir en el cerebro de las mujeres y de los hombres en nuestras sociedades: La tragedia consérvala en secreto.
Resignación y experiencia, también recomiendan las tías viejas del poema de Juan Gustavo Cobo Borda. Dicho en Cuaje, por boca de la tía y la mamá defensoras: ¡Aguántate, no seas pendeja! ¡Tú lo querías! Dicho también por muchas mujeres de este pueblo que viven en situaciones similares, pero que sienten que están por encima de la experiencia de Luz o que a ellas no les pasa, o que si a ellas las golpean y maltratan es porque las aman, y por amor aguantan unos chingadazos y más, y hasta lo mantienen, pues. Claro, si eso eso fuera así de fácil y no fuera un delito cometer violencia contra alguien, contra una mujer. No me digan que su conducta amerita que la golpeen. Hasta el secretario del Ayuntamiento de Cuajinicuilapa que es abogado egresado de la UAGro debe saber que las personas tienen derechos, de los llamados humanos. Digo, algo han de enseñarles; digo, algo han de aprender. Bueno, sólo lo digo, pues.
Pero, ¿no olvidamos algo, lector memorioso? Ah, los niños. ¿Y los niños? Ya he anotado que alguien preguntó por “el maltrato que ella sufre como mujer y el trauma psicológico causado a los pequeños”, pero nadie respondió. ¡uta! Tan gritonas que son y ni una palabra dicen sobre ello. O qué, ¿van a ensayar la misma “lógica”? O sea, ¿también los niños se lo merecen por no escoger mejor madre? ¿Está bien que los maltraten por nacer en una familia violenta y pobre? Digo, hasta el Licenciado Churro podría responder, pues. O pedirle a su mamá que responda por él, o delatarme por mis delitos y hacer que la Policía Ministerial organice un operativo para aprehenderme por no sé qué o qué importa qué, si al final lo que importa es el poder, la influencia, el dinero, el interés... ¿O no, señor secretario del Ayuntamiento de Cuajinicuilapa Jesús Omar Sánchez Medina?
Bueno, así son estas cosas. Que lo diga la gente de Montecillos (con eso de que a la juez le vale madre lo que digan las autoridades locales o los documentos del Registro Agrario Nacional: hay daño en propiedad ajena, pues). Y ya, que la justicia es de quien la paga. Por eso le aconsejo mujeres golpeadas: si tienen problemas así, acudan al Ayuntamiento que dirige el huehueteco Costantino García Cisneros que las apoyen y ayuden en conseguir justicia, para más señas pregunten por uno de sus achichincles de rango, el licenciado Jesús Omar, él sabrá atenderlas como se merecen...

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