jueves, 10 de diciembre de 2015

Votamos por Tino y ahora ni nos toman en cuenta: mujeres de Cuajinicuilapa

Eduardo Añorve
Cuajinicuilapa de Santamaría, Gro.
9 de diciembre de 2015


Tino, sonriente… y prometiendo, que bien le sale. Fotografía: Eduardo Añorve.

–De pendeja vuelvo a darle el voto a esa gente –comenta una mujer que se ha cansado de esperar a que el ahora presidente Constantino García Cisneros le cumpla dándole el trabajo que le prometió cuando era candidato.
Es una queja común en estos días en Cuajinicuilapa.
Unas mujeres de una comunidad muy pequeña se quejan de que a ellas no las invitaron a la pomposamente llamada audiencia pública que encabeza su majestad, Constantino Primero, a pesar de que ellas votaron por él e hicieron trabajo para que llegara al trono presidencial.
–Fuimos promotoras del voto, y ahora no se acuerdan de uno, ni nos regresan a ver. El otro día pasó Elías cerquita de mí y ni me peló. Pero yo le hablé y le dije: ‘Bueno Elías, ahora no me conoces, ahora no me quieres hablar”. Y él se hizo como que no me había visto y me saludó. Digo, antes bien que me conocía –cuenta una de ellas.
Otra asegura: Ya no queremos nada con ellos, ni con el licenciado Churro ni con Tino. Ahora ya ni nos toman en cuenta, y eso que trabajamos para ellos.
–Ya ven, pues –tercia la otra–, y miren a quiénes sí les dieron trabajo, gente que ni se fue a parar en la campaña.












Audiencia pública. Sillas vacías. Fotografía: Eduardo Añorve.

En la cancha pública se ha congregado la mayoría de los funcionarios de confianza, de primer y segundo nivel, y trabajadores afines al presidente Constantino García: todos uniformados, hacen como que atienden a la gente, pero la mayoría de los asistentes (dos tercios) son sólo ellos, gente de la casa, funcionarios y trabajadores del Ayuntamiento.
La mitad de las sillas dispuestas para la audiencia pública está vacía. Y eso que invitaron de antemano, persona por persona, a quienes querían tener enfrente para atender y resolverles “inmediatamente” sus peticiones, pero muchos ya descubrieron que eso no es cierto, que esas palabras son falsas.
De nuevo, como si fuera un infractor de la ley, el presidente no mandó a anunciar en bocina que iba a darle audiencia a quien llegara y que les resolvería inmediatamente; contrariamente, todos los días atosigan a la gente de la cabecera municipal con minucias que quieren hacer pasar como actos de gobierno (como el taller de tallado en madera para jóvenes, el cual llevan organizando desde hace dos meses y no pueden aterrizar, pero bien que lo anuncian en las bocinas como si ya fuera un hecho).
Hay una mujer que por lo bajo maldice a algunos funcionarios que le han dado una mala atención, a pesar de haber sido del equipo, de haber trabajado para que Constantino García llegara a la presidencia.
Después de la maldición viene la resolución: ‘No vuelvo a votar por esta gente’. Y otros insultos también vienen, los que se omiten para no ofender a oídos castos.
Este reportero ha recogido el testimonio de varias mujeres, jóvenes algunas y madres de familia otras, que se quejan de lo mismo: les prometieron trabajo a ellas o a sus hijos y no les han cumplido. ‘Y eso que es mi compadre’.

Denuncia en Facebook en contra de funcionarios del Ayuntamiento de Cuajinicuilapa; “tino” es el cariñativo del presidente Constantino García Cisneros. Fotografía: Internet.

Este día, martes 8 de diciembre, en la cancha del centro de la población, se volvió a congregar la burocracia del Ayuntamiento, y aunque todo parece risas y chocolate con pan, mucha gente que no está en la nómina está adolorida.
Y se quejan de que cómo es posible que prefieran traer gente de fuera cuando aquí hay gente capaz, y ponen por caso a la titular de Finanzas, o al ingeniero de Obras Públicas (cuyo cargo desconocen, pero sí saben que es de fuera y que ya lleva varios trienios allí; se especula que “de seguro” metió buen dinero a la campaña).
Se quejan también de que cómo es posible que estén matrimonios trabajando allí (‘No tienen vergüenza’): el regidor José Antonio Baños y su esposa, el director de Ecología Gaspar Colón y su esposa, y hasta la regidora Adriana Suástegui y su esposo, pero alguien hace notar que en este caso él no trabaja allí, que sólo la acompaña.
Pero esas minucias no le quitan la risa al presidente, que atiende a la gente, a su gente, como quien está escuchando chilitos: feliz, relajado, optimista... a fin de cuentas él sí está en nómina; pobres los que no quedaron, y ahora se quejan, como esas mujeres que vinieron de su pueblito y se enojan y se desenojan maldiciendo a esos que antes eran sus compañeros y que ahora les dieron una patada en el culo.
Pero no volverán a votar por ellos, juran y perjuran.
Ya se verá. Peor que anda el run-run de que va a reelegirse.

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