viernes, 6 de mayo de 2011

Desorganizado, mezquino y peligroso, el festejo de día del niño en Cuajinicuilapa

1 de mayo

EDUARDO AÑORVE

CUAJINICUILAPA

En Cuajinicuilapa, desde días antes se comenzó a anunciar por bocina que el día del niño, 30 abril, el Dif municipal organizaría un festejo para los infantes de la cabecera municipal, a partir de la 1 de la tarde, en las instalaciones de la flamante unidad deportiva, a donde se invitó a todo mundo.

Sin embargo, los festejos para los niños iniciarían hasta las cuatro de la tarde, aproximadamente; antes, se organizaron encuentros deportivos de adolescentes y jóvenes.

Por espacio de cuatro horas o más, madres y padres y niños de Cuajinicuilapa estuvieron esperando por un festejo que resultó desorganizado, peligroso y mezquino.

Incluso algunos trabajadores del Ayuntamiento que participaron en “la organización” del festejo coinciden con madres de familia: estuvo desorganizado.

Desorden, gritos, regaños, desdén y otras conductas similares desplegaron los encargados del festejo: le dieron agua a quien quisieron; lo mismo ocurrió con la nieve, aunque parece que a todos los niños les entregaron un juguete de mala calidad.

Esperaron por horas para recibir agua y nieve, los niños, y los padres y madres, en la cancha de basquetbol.

Posteriormente, al filo de las siete de la noche, se les dio la orden de dirigirse “ordenadamente” hacia la cancha de futbol rápido, que se encuentra encerrada.

Como se sabe de antemano, la mayoría corrió a ganar lugar en ese sitio, apretujándose en la entrada a la cancha, con peligro de asfixia y atropellamiento de infantes y de madres de familia preñadas; pero nadie pareció prever ni ver esa situación de riesgo.

Los organizadores insistían en que los niños se condujeran con orden y respeto, después de conminarlos “a ganar lugar” para obtener un pobre juguete; los gritos que se dieron, aun y con el sonido de las bocinas, no consiguieron meter orden.

Por esa misma causa no entregaron los juguetes el 6 de enero, recordó alguien: los niños no se comportaron con orden.

Dentro de ese mismo espacio, cerrada la puerta de la cancha de futbol rápido, los riesgos de atropellamiento y asfixia continuaron latentes y se acrecentaron; y ni afuera ni cercano se encontraba, por ejemplo, algún puesto de socorro para atender algún posible percance o, ya de perdida, la ambulancia de esa dependencia municipal.

Algunos trabajadores del Ayuntamiento, citados para ayudar en la organización a cargo del Dif, se percataron de esa situación, pero no fueron escuchados; también algunos mentores lo hicieron, pero el desorden no programado no se alteró, siguió su curso.

Se hizo noche, oscureció; al parecer, a todos los niños asistentes les dieron un juguete, de esos baratos, aunque de mejor calidad que el año anterior, según opinó alguien enterado.

No hubo juegos, payasos y otros espectáculos, como esperaron muchos padres y madres de familia, sólo un triste vaso de agua, una triste nieve y un triste juguete.

De nuevo, otro año más en esta administración municipal, se llevó a cientos de niños y sus mentores al “festejo” del día del niño, donde estuvieron por hasta cinco horas para tan pírrico trofeo: hasta se les hizo de noche, se quejaron unas madres de familia.

El regreso la casa no fue fácil para todos, particularmente para quienes no tenían automóvil, que fue la mayoría, dado que la flamante unidad deportiva se ubica en la salida oriente de este pueblo.

Sobraron muchos juguetes, dicen.

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