viernes, 6 de mayo de 2011

LAPIDAN A UN HOMBRE QUE INTENTÓ MATAR A VECINOS DE EL QUIZÁ


5 de mayo

EDUARDO AÑORVE

CUAJINICUILAPA

A pedradas y con garrote mataron a Emilio Hernández Torres, el pasado martes 4 de mayo, en la población de El Quizá, perteneciente al municipio de Cuajinicuilapa, después de que agredió a balazos, en estado alcohólico, a un par de vecinos de esa comunidad en una jugada de gallos.

De acuerdo con la dirección de Seguridad Pública, al filo de la medianoche del pasado martes se recibió una llamada hecha por el comisario municipal, Héctor Soriano Sorroza, quien avisó que en El Quizá “se localizó un el cuerpo de una persona del sexo masculino privado de la vida por piedras”.

Ante ese aviso, elementos de la Policía Preventiva Municipal acudieron para verificar los hechos, encontrándose que sobre la calle Ángel Heladio Aguirre se encontró un cuerpo sin vida, de quien respondió al nombre de Emilio Hernández Torres.

De acuerdo con testimonios de vecinos, en una jugada de gallos que se realizaba en esa comunidad, entre las ocho y las nueve de la noche, el ahora difunto, en estado alcohólico, disparó contra dos personas que se encontraban presente, cuyos nombres no pudieron obtenerse, hiriéndolos.

En defensa, uno de los presentes golpeó al agresor con un garrote; posteriormente, le darían muerte con ese mismo objeto y con piedras.

Según el reporte de las autoridades ministeriales, que llegaron al sitio para realizar las dilegencias que marca la ley, el cadáver se encontró en posición decúbito dorsal, con la extremidad cefálica la norte; extremidades superiores en extensión; extremidades inferiores orientadas al sur.

También se reportó que “sobre la calle y a 1.70 metros de distancia de la guarnición y a un metro de la parte media de la calle se encuentra una piedra de tamaño grande manchada con líquido cefálico, se encuentra en un lago hemático de 80 centímetros de diámetro”; por esa razón se presume que el individuo fue asesinado con esa piedra.

Entre las pertenencias que se le encontraron estaba una credencial a nombre de Emilio Calleja Torres con su foto; además de “un cargador abastecido con cartuchos útiles con la leyenda, en su base, 38 Súper Auto; el mencionado cargador presenta la leyenda Colt Súper 38”; por su parte, el comisario entregó 7 casquillos percutidos, del mismo calibre.

El cuerpo presentó las siguientes lesiones, que resultaron mortales: fractura abierta en región frontal derecha con herida por contusión de 5 centímetros de longitud, con hundimiento de región frontal y parietal derecha del cráneo; herida por contusión de 10 centímetros de diámetros de forma irregular, ubicada en región frontal izquierdo, con fractura del hueso frontal.

Además, había sido baleado una semana antes, teniendo una escariación de 4 centímetros de diámetro de forma irregular en hemitórax anterior derecha; orificio de entrada de forma oval de 2 centímetros de diámetro, ubicada en región externa de antebrazo derecho, con orificio de salida de 1.5 centímetros de diámetro de forma irregular, ubicado en el pliegue de codo derecho, con puente de piel de 6 centímetros, presentando 8 días de evolución, herida que estaba cubierta con vendaje.

El cadáver fue identificado por su concubina, Rocío Ledezma Hernández, quien declaró que respondía al nombre de Emilio Hernández Torres, tenía 52 años de edad, era campesino y vivía en esta cabecera municipal.

Según otras fuentes, este hombre lapidado era originario de Río Grande, Oaxaca, y que había en su contra una orden de aprehensión; y portaba una pistola calibre 9 mm. de 15 tiros.

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