lunes, 30 de noviembre de 2015

Delicaditos, salieron los trabajadores que metió Tino García en Cuajinicuilapa

Eduardo Añorve
Cuajinicuilapa de Santamaría, Gro.
28 de noviembre de 2015


Trabajadores del Ayuntamiento, en el desfile del 20 de noviembre. Fotografía: Eduardo Añorve (archivo).

Delicaditos, salieron los trabajadores que el presidente de Cuajinicuilapa trajo consigo a su administración, dicen los trabajadores de base.
Llegan como si fueran jefes, sobre todo quienes tienen que trabajar en labores manuales, en trabajos pesados, manipulando basura, cortando pasto y yerbas, barriendo, lavando baños.
Parece que no saben hacer las cosas, asegura un trabajador de base del Ayuntamiento de Cuajinicuilapa, que no se quieren ensuciar las manos, que no tienen fuerzas para hacer lo que se les manda, y uno tiene que ponerles el ejemplo, como si ellos no supieran.
En el carro recolector de la basura, por ejemplo, hay uno que otro trabajador “nuevo” que le da como pena agarrar las bolsas, los botes o los cartones con basura y echarlos dentro del carro; él prefiere que sea cada quien el que tire su basura al depósito.
El problema es que uno no siempre tiene fuerzas suficientes para echar su bolsa precisamente donde debe y no, por ejemplo, en los pies del otro trabajador que anda dentro, acomodando las bolsas con basura, la misma basura.
Parece que debe haber un acomodador de basura, pues el mecanismo de compresión no se utiliza, o parece que no se utiliza.
En otras áreas ocurre lo mismo: los trabajadores a quienes el presidente de Cuajinicuilapa metió quieren andar paseando y no esforzarse, tal vez porque ya se esforzaron durante la campaña para conseguirle votos a fuerza de palabras, de dinero, de promesas o de lo que fuere.
Y eso lo critican los trabajadores que ya tienen tiempo al servicio del Ayuntamiento, y eso también puede uno verlo, particularmente en el área de servicios públicos: no quieren despeinarse, no quieren ensuciarse... no quieren trabajar.
Los demás trabajadores se quejan porque la carga de trabajo recae en ellos, y se burlan de ellos por delicaditos, por buenos para nada, por recomendados que quisieran ser aviadores.
Y aunque los salarios no son buenos, estos trabajadores fueron privilegiados, pues ya están en la nómina (aunque mucho se dice que los irán despidiendo conforme pasen los meses, que ahorita nomás los contrataron para no amunchar el número de inconformes).
Fuera de las oficinas del Ayuntamiento hay muchas personas que ahora están molestas porque el presidente priísta no les cumplió, no les ha cumplido y sospechan que ya no les cumplirá.
El pasado 20 de noviembre, más o menos uniformaron a un grupo de trabajadoras y trabajadores al servicio del Ayuntamiento de Cuajinicuilapa y los hicieron desfilar (un tanto a gusto, un tanto a disgusto) porque necesitaban “demostrar” que hubo mucha afluencia, que el pueblo sí está con el presidente y que el pueblo sí quería desfile.
Entre esos trabajadores y trabajadoras que desfilaron podía notarse esa diferencia: los que ya parecían acostumbrados a que los miraran, y los nuevos, los que iban con penita, que desfilaban marchando sin llevar mucho el paso.

No hay comentarios:

Seguidores