jueves, 12 de noviembre de 2015

Desacongojado y escondido, “convoca” Tino García segunda audiencia pública en Cuajinicuilapa




Eduardo Añorve
Cuajinicuilapa de Santamaría, Gro.
12 de noviembre de 2015
Riente y saludador, como acostumbra, en el fondo de la cancha de basketbol ubicada frente a las oficinas del Ayuntamiento de Cuajinicuilapa, el presidente Constantino García Cisneros “convocó” el pasado miércoles 11 de noviembre a los ciudadanos del municipio a una audiencia pública con carácter resolutivo e inmediato, la segunda realizada en sus primeros 40 días de gobierno, después de una tremenda crisis de violencia ocurrida en la cabecera municipal que provocó la muerte de cuando menos 12 personas.
El priísta García Cisneros parecía no vivir ni gobernar el municipio que hasta ese mismo miércoles todavía era noticia en México y en el mundo: seguramente ya olvidado de las 12 personas muertas (que él insiste en tasar en 10), un poco después de las 10 de la mañana llegó a la cancha municipal saludando de mano a los funcionarios de primer nivel que ya se encontraban acomodados en sus sillas y mesas, esperándolo.
En las gradas de esa cancha se acumulaban los trabajadores administrativos de tercer y cuarto nivel, los llamados de base, en oposición a los de confianza, los directivos.
Acompañado por varios guaruras, un fotógrafo y su asesor principal (el ex presidente Simitrio Clavel Peña), Constantino García recorrió las mesas en que encontraban los representantes de las 32 secretarías y direcciones, sus subalternos, uniformados y cariacontecidos; el gran ausente fue el titular de Seguridad Pública.
Posteriormente, feliz y riendo, el presidente municipal ocupó su lugar en una silla ubicada al fondo de la cancha, cubierto por las mesas de la Secretaría General y de la oficina de la presidencia; acto seguido, el conductor del programa nombró a los regidores presentes (cinco; minutos después llegaría otra) y a la síndica, olvidando mencionar al hombre feliz.
En el centro de la cancha se ubicaron unas 30 personas traídas a modo (excepto la decena de madres de familia y maestras de la escuela primaria Ignacio Manuel Altamirano sección Uno, quienes acudieron sin ser invitadas para recordar que les cumplan con la asignación de un conserje, como se comprometieron desde hace más de un mes).
Extrañamente, a pesar de ser una audiencia pública y de que el hombre del micrófono arengaba a los ciudadanos del municipio a presentarse para ser atendidos, afuera de ese recinto no se sabía de qué iba el evento: en ningún momento se informó a la población de la audiencia, por lo que sólo acudieron quienes fueron invitados, excepción dicha.


Y desde antes de ser recibido por García Cisneros, un grupo de directores de escuelas primarias se quejaban del exceso y de la pantomima: –De haber sabido que iba a ser así, de que nos traían a un circo, no hubiéramos venido, mejor hubiéramos pedido una audiencia normal –palabras más, palabras menos, expresaba el supervisor de esa zona.
Algunos trabajadores de tercer nivel (la mayoría suspendió labores en las oficinas y fue citada para hacer bulto en las gradas) criticaban que cómo era posible que el cabildo estuviera hasta atrás, donde nadie lo viera, y coincidieron en que las autoridades nomás le estaban haciendo al cuento.
En la banqueta que está frente a la cancha, un hombre despotricaba contra el presidente y su equipo de primer nivel: –Cuando lo ocupan a uno hasta le besan los güevos, y después, cuando ya no lo ocupan, le dan una patada en el culo –decía, en voz alta, provocando que uno de los guaruras que estaba por allí se acercara a parar oreja.
Este hombre narró que había participado activamente en la campaña del priísta Constantino García Cisneros, incluso haciendo gastos y poniendo su vehículo, a cualquier hora del día y de la noche, para que al final no le cumplieran con darle el trabajo que el propio candidato le había prometido.
Una señora se quejaba de que José Alcocer, director de Reglamentos, hubiese ido a intimidarla pretendiendo que desalojara el sitio inmediatamente, y argumentaba que ella se quitaría gustosamente del lugar si primero limpiaban las banquetas del mercado y del zócalo: –Lo único que queremos es que nos dejen trabajar, dijo.
Era obvio que su queja o petición no iba a ser recibida, dijo, pero que ni siquiera por algún momento había pensado en ir a la audiencia a exponer que, de seguro, la presionaban con quitarla para que les diera dinero a los de Reglamento.
Otra mujer le respondía y le daba argumentos: Que por qué no quitaban a los del mercado (que han invadido banquetas y pasillos y áreas públicas), que a esos sí les tenían miedo, y así por el estilo.
Pero, en realidad, en la audiencia pública de supuesta resolución inmediata hubo más de fraude y engaño que de solución; como dijo un ciudadano que pasaba por allí: –Nomás lo hacen para tomarse la foto.

Un profesor, por ejemplo, que fue a solicitar varias cosas, como la pavimentación de una calle que conduce a su escuela, lo conformaron (tal vez) concediéndole la colocación de una lámpara de alumbrado público, y le dieron la esperanza de que iban a gestionar la obra de pavimentación para ver si en uno de los tres años que van a gobernar el municipio se puede hacer.
Y así por el estilo.
Aunque a las madres y maestras de la Ignacio Manuel Altamirano sección Uno les prometió el presidente que el jueves a primera hora ya tendrían un trabajador para que las auxiliara en las labores de limpieza.
La otra gran ausente fue la directora del Dif.
Antes del mediodía, mientras en la cancha las autoridades simulaban resolver las problemáticas del municipio, en el Barrio del Peligro se hizo una balacera cuando un vecino alterado le disparó a otro, sin herirlo, pero hiriendo a una mujer que no tenía vela en el entierro.

Lo más aleccionador del acto fue ver a los secretarios y directores y otros subalternos de confianza (incluidos los guaruras) y no de confianza (algunas secretarias) totalmente uniformados, calladitos y bien bonitos, lo que habla de que el presidente García Cisneros, “el amigo” Tino, ya está cumpliendo con su lema de campaña: Orden y paz... aunque ésta no tenga para cuándo.

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