26 de abril
EDUARDO AÑORVE
CUAJINICUILAPA
A raíz de que se observó a personal del Ayuntamiento midiendo el terreno que se utiliza para realizar la feria del pueblo y otras actividades colectivas, con miras a construir una barda que lo circunde, ciudadanos de Cuajinicuilapa se dijeron extrañados y molestos con este tipo de obras que calificaron como superfluas, toda vez que existen carencias más urgentes que no son atendidas, por lo que pidieron, a través de El Faro, a Salvador Cruz Castro “que mire las necesidades del pueblo” y no se gaste el dinero en obras innecesarias.
En este momento, la inconformidad que da pie a los comentarios sobre la necedad del gobierno municipal para invertir en obras no necesarias es la versión de que se tiene proyectado embardar el terreno donde se realiza la feria de Cuajinicuilapa:
“No puede ser que vayan a construir esa barda”, comenta un ciudadano a El Faro, “a la mejor si el terreno es del municipio, está bien, y si tienen dinero, pero uno se pregunta: ¿por qué van a construir esa barda y no mejor arreglan las calles, como en el caso de la 16 de septiembre, que está toda partida, o la 24 de febrero, o la Aldama?”.
La cuestión que plantea este ciudadano es: “¿Qué es más importante?, ¿que arreglen esas calles, por ejemplo, o que construyan esa barda, si las calles se ocupan más, sobre todo estas del centro? Aparte, en las colonias hay calles por las que no pueden entrar los carros; por ejemplo, a la Vicente Guerrero y a La Gloria, hay calles a las que ni los taxistas quieren entrar, de tan mal que están, y de hecho no hacen viajes hacia esas colonias. ¿Por qué no arreglar esas calles, en vez de embardar ese terreno?”.
En días recientes, el Ayuntamiento pavimentó las banquetas de la casa del presidente municipal, hecho que también motivó suspicacias y críticas en los ciudadanos: “Está bien que pavimenten las banquetas”, comenta una maestra, “pero pareciera que las autoridades están pensando más en tener espacios para que se instale el comercio informal que para transitar por ellas; como puedes ver, las banquetas de la calle principal están cerradas y no puede uno caminar por allí, hay que bajarse a la calle, porque las autoridades no ordenan a los comerciantes”.
Además de las críticas por la invasión incontenible de las banquetas (hecho que aumenta cada vez) por parte de los comerciantes, también surgen preguntas sobre la necesidad que subsana una obra como ésa, sobre todo porque pareciera que el presidente Cruz Castro pretende arreglar su casa y su entorno y no el pueblo y sus carencias.
Aunque la percepción de que el gobierno municipal se aplica en ejecutar obras superfluas viene desde el inicio de la gestión de los hermanos Cruz Castro, con el paso de los días y en presencia de obras como la unidad deportiva de Cuajinicuilapa, los ciudadanos se preguntan sobre los criterios para decidir las obras, sobre todo si se considera que no se atienden rubros fundamentales, como el mercado y el rastro municipales, que se encuentran en condiciones deplorables.
“Ahí está la unidad deportiva. ¿Cuándo la irán a echar a andar? Dicen que costó 35 millones de pesos; dinero tirado. ¿No pudieron ver que hace falta un mercado, que Cuaji se merece un mercado de verdad, en buenas condiciones, más amplio?”, cuestiona una señora.
Ante la falta de información oficial, el rumor sobre las acciones del gobierno está autorizado para servir como información; por ejemplo, se rumora que la entrada a la unidad deportiva será de diez pesos, además de que cada servicio que se ofrezca tendrá un costo adicional.
“¿Cómo queremos que los niños y los jóvenes acudan a la unidad deportiva a practicar algún deporte si se les va a cobrar?”, se pregunta un maestro, quien propone que el costo mínimo de la entrada y el acceso a los servicios debiera ser de tres pesos a los menores de edad; “si no le hacen así, nadie va a entrar a la unidad, va a ser un elefante blanco”, pronostica.
Y mientras se decide la polémica situación de la unidad deportiva, algunos ciudadanos califican la obra como superflua, como innecesaria, como de lujo, sobre todo porque se conoce que existen carencias en otras áreas.
Todavía hay recuerdos y comentarios negativos sobre obras como la pavimentación de la calle San Nicolás o de Las Indulgencias, que resultó costosa y no era necesaria por estar en buen estado; sin embargo, aunque hubo un cambio de presidente la gente no lo percibe como positivo, y más por su insistencia en ejecutar obras sin consenso entre la población, y termina dándole la razón al presidente con licencia, quien vaticinó que su sucesor sería peor: “Cuídense del que viene”, dijo.
Y si bien la población no se cuida de él y de sus obras superfluas, sí se molesta y las critica.
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