miércoles, 20 de enero de 2010

Acusan a judicial por extorsión y abusos en Cuajinicuilapa


3 de enero

Juan Carlos Fuentes Codallo, agente de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero (PJEG) del grupo de Cuajinicuilapa, se dedica a extorsionar a vecinos escudado en su condición de funcionario público, denunciaron vecinos de esta cabecera municipal a El Faro en días pasados.

A bordo de una camioneta oficial, Fuentes Codallo se dedica a perseguir a automovilistas que conducen vehículos cuya situación legal es supuestamente irregular y mediante chantaje los hace entregarles fuertes cantidades de dinero a cambio de no ponerlos a disposición del Agente del Ministerio Público, según varias denuncias recogidas por este medio.

También utiliza un auto color azul, marca Chevy, y se hace acompañar por un supuesto compañero, quien, al parecer, fue dado de baja de la PJEG por haber participado en un asalto a mano armada.

A decir de algunos ciudadanos, Fuentes Codallo “anda alcoholizado o bajo los efectos de alguna droga casi todos los días”, mientras expresaron su temor de ser extorsionados, porque ya goza de fama pública su conducta.

Uno de sus métodos preferidos es acusar a automovilistas de conducir vehículos robados; para ello, utiliza una computadora portátil con un supuesto registro de vehículos con reporte de robo, aunque se sabe que no siempre es cierto.

Armado, con chaleco antibalas y una computadora portátil, a Fuentes Codallo es frecuente verlo patrullando las calles de Cuajinicuilapa.

Por temor a verse involucrados en algún acto ilícito o ser objeto de represalias violentas, o por no perder tiempo, muchos de los acusados prefieren desembolsar cantidades de hasta cinco mil pesos con la condición de que se les deje de molestar.

“A un pobre señor que manejaba un volchito ya viejo, todo destartalado, lo paró y le sacó cinco mil pesos”, atestigua un ciudadano.

“Hay personas que lo ven y le sacan la vuelta, ya lo conocen y le tienen miedo”, asegura otro.

“Parece que chocó su carro y por eso necesita dinero, anda urgido, y en estos días anda desesperado, chingando a todo el que puede”, comenta uno más.

Finalmente, varios de los ciudadanos con quienes conversó El Faro coincidieron que ante este tipo de abusos “poco se puede hacer, pues de todos modos las autoridades no actúan, y si uno lo denuncia se expone a tener represalias”, resumió uno de ellos.

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