31 de enero
CUAJINICUILAPA, GRO.
EDUARDO AÑORVE
Desde la semana pasada,
en Cuajinicuilapa existe y se ha manifestado una excesiva preocupación de
padres y madres de familia de las distintas escuelas de nivel básico porque el
gobierno de Ernesto Peña Nieto “va a privatizar la educación”, motivo por el que
a partir del próximo año los alumnos de pre escolar, primaria y secundaria
tendrán que pagar colegiaturas, entre otras cosas.
Madres y padres de
familia con hijos en primaria y secundaria están acongojados y manejan
versiones sobre la presunta privatización de la educación pública, perpetrada
supuestamente por el gobierno de la República para favorecer “a los grandes
empresarios”, a partir de rumores que, dicen, los propios maestros han soltado.
Fotografía: Cartel que invita a la movilización contra la reforma educativa.
Se va a acabar la educación gratuita porque el gobierno va
a privatizarla, y nosotros no vamos a poder pagarla; ya no vamos a estudiar, es, más o menos, la
idea que pulula por esta cabecera municipal entre padres de familia y algunos
estudiantes, sobre todo de secundaria.
En algunos hogares,
varias madres de familia discuten el tema: que si se pagarán cuotas, que si se
dejará de estudiar en las escuelas habituales porque las van a cerrar, que si
ya se privatizó la educación pública, etc.; a veces, algunos hijos, de
bachillerato, por ejemplo, también entran a esa discusión.
A veces alguien alega
que en la televisión dicen que lo que pasa es que los maestros no quieren que
les apliquen el examen, que no quieren hacer el examen para ver si están o no
calificados.
“Por eso andan pasando
una hoja, para que les demos la firma y los apoyemos”, asegura una madre.
En otros hogares,
alumnas de secundaria llegan a su casa con la noticia de que ya no habrá
escuela sin paga, que llegaron los del sindicato, que se suspendieron clases,
que aquellos informaron a los maestros de la escuela que se va a privatizar la
educación; incluso, se asegura que la cuota mesual de cada estudiante ascenderá
a 500 pesos.
Asamblea para informar a padres de familia, no los
convence
En la escuela primaria
Silvino Añorve Dávila, el miércoles 30, se realizó una asamblea de padres para
informarlos de esta situación y, de ser posible, ganarse su simpatía para que
apoyen la lucha de los maestros; el pretexto para citar a los tutores fue la
construcción de las nuevas aulas.
Entre muchas cosas, el
delegado sindical advierte que se avecina la privatización de la educación, y
muestra una Constitución, donde están subrayados un par de párrafos que avalan,
supuestamente, esa versión; incluso, la palabra “permanencia” aparece como una
intangible enemiga del movimiento magisterial y los padres de familia y de sus
hijos estudiantes.
Como ejemplo, el
delegado sindical de la delegación 119, Silvino López, explica que a partir de
la reforma, la venta de comida dentro de las escuelas, el gobierno va a
concesionarla a micro empresas, como si nadie supiera que desde siempre han
sido particulares quienes venden comida y refrescos y golosinas allí, a pesar
de las prohibiciones legales.
Esas ideas fueron
reforzadas por otros integrantes del sindicato de maestros que acudieron de la
zona para buscar convencer a los padres y madres de familia que se sumen o
apoyen o, cuando menos, acepten que los mentores comenzarán una lucha en
defensa de la educación pública y que los niños probablemente se quedarán sin
clases por un tiempo.
En su turno, un padre
de familia que también es maestro dijo que la esencia de la reforma era hacer
obligatorio el examen de oposición como modo de ingresar, promoverse y otras
acciones; por ello, pidió que no estuvieran confundiendo a los padres de familia.
De nuevo en uso de la
palabra el delegado seccional, López Bustos, reclamó como injusta la pretensión
del gobierno federal para examinarlos, toda vez que egresaron de una
institución que los validó, además de contar con cédula profesional,
instrumento que también los valida.
Otro padre de familia
opinó que él veía bien que los maestros fueran evaluados, que debían ser
certificados, y los llamó a no parar clases.
También se pidió en
esta asamblea de padres de familia que, para despejar la confusión entre ellos,
el director hiciera una asamblea expresamente para informar y despejar dudas;
obteniendo como respuesta del director que él no podía intervenir en estos
asuntos del sindicato, es decir, se lavó las manos.
Colofón: exceso de preocupación de los padre, ¿psicosis?
Lo que sí puede notarse
es que en Cuajinicuilapa se está dando una especie de psicosis entre padres de
familia que creen la versión de que el gobierno va a privatizar la educación y
tienen miedo de que sus hijos ya no puedan seguir estudiando; por su cuenta,
los escolares, ni se acongojan y repiten esas versiones entre broma y veras.
En conversación con El
Faro, un maestro estatal reflexionaba que no era buena estrategia andar
espantando a los padres de familia, que los maestros del SNTE y la CNTE
deberían hablar con la verdad para buscar el apoyo a sus demandas por parte de
los padres.
Y aunque este
movimiento, estas preocupaciones entre padres y madres de familia comenzaron
tardíamente, porque también los maestros comenzaron apenas a agitarlos con
rumores y medias verdades y verdades excesivas, amén de una que otra verdad
completa, en algunas hogares, en algunos sitios donde se reúnen más de dos de
aquellos, la preocupación tal vez está tomando dimensiones de una psicosis [o
sea, tener miedos infundados, confusión, excitación, depresión, desorganización
del pensamiento].
Aunque algunos padres
informados por la televisión argumentan que ello no es cierto, que los maestros
mienten, que el gobierno sólo pretende examinarlos, pero a veces hasta en estos
padres se nota miedo.
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