lunes, 5 de octubre de 2015

Tino no entregó ni un lápiz, ¿de qué se queja?

** Sin documentación, recibió el ayuntamiento, declaró en 2003 el entonces alcalde de Cuajinicuilapa Alejandro Marín Mendoza
** García Cisneros no concluyó su periodo por irse a competir por la diputación local
Eduardo Añorve
Cuajinicuilapa de Santamaría, Gro.
5 de octubre de 2015

 Constantino, en la toma de posesión. Fotografía: Eduardo Añorve.

Tino no dejó ni un lápiz, no le entregó a Alejandro Marín ni un lápiz, ¿de qué se queja?, dicen algunas personas en Cuajinicuilapa después de haber escuchado al flamante presidente municipal, Constantino García Cisneros, quejarse en el discurso que dio durante el acto de toma de protesta del Ayuntamiento que fungirá en el periodo 2015-2018.
En 2002, hace 13 años, Alejandro Marín Mendoza, del PAN, asumió la presidencia municipal, siendo sucesor del priísta García Cisneros.
Ahora, 13 años después, éste dijo, el 30 de septiembre pasado, al asumir el cargo: “Tuvimos que recibir en las penumbras y en las últimas horas que le quedaban a la administración anterior... la historia se volvió a repetir: cuando asumí la presidencia en la anterior ocasión el ayuntamiento estaba tomado”.
Al respecto, un ciudadano da su versión de los hechos de 2002: “Él está peor porque fue perverso: se fue de candidato a diputado y dejó en el cargo a un achichincle suyo, un tal Alcocer de Rancho Alegre (Miguel Alemán) que era el síndico, y luego mandó a su gente a tomar la presidencia. Y así tuvo pretexto para no entregarle nada a Alejandro y hasta para no entregar la cuenta pública: Está cerrado el ayuntamiento, ¿cómo voy a entregar? No se puede. No sé por qué se queja ahora, si a él cuando menos Loya le dio la cara aunque sea a último momento y le hizo una entrega, mal que bien”.

Tino: negro traidor
En agosto de 2002 Constantino García pidió licencia a la presidencia municipal para irse a competir por el PRI por la diputación local; al hacerlo también renunció a sus compromisos con el grupo que lo hizo, el que encabeza su padre putativo político: Andrés Cruz Castro.
Cruz Castro y su grupo esperaban que Tino dejara a uno de ellos en la presidencia, a su suplente, Alejandro González Saguilán; en lugar de ello, el político huehueteco propuso la siguiente terna: “José Alcocer Damián, Hilario León Robles y José Antonio Peláez Acosta para que de entre los mismos se elija a la persona que desempeñará el cargo de Presidente del H. Ayuntamiento del Municipio de Cuajinicuilapa, Guerrero”, según la sentencia número SUP-JDC-791-2002 del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), dada el 31 de octubre de 2002.
De acuerdo con la versión del propio suplente de García Cisneros (quien impugnó la designación que realizó la Comisión Permanente de la LVI Legislatura del Congreso del Estado de Guerrero), éste influyó para que Alcocer Damián resultara el presidente sustituto de Cuajinicuilapa.
Para impedir que su suplente, González Saguilán, lo sustituyera en la presidencia municipal, García Cisneros arguyó que aquél estaba incapacitado jurídicamente para hacerlo, motivo por el cual sus derechos ciudadanos estaban suspendidos, con base en el artículo 20 de la Constitución Política del estado de Guerrero.
Alejandro González Saguilán se inconformó y pidió que se le asignara el cargo de presidente propietario, en su calidad de presidente suplente, y acusó al presidente de la Comisión Permanente por haber “escuchado sugerencias” de Constantino García para designar al síndico procurador, quien, además, resultaba inelegible: “...el C. José Alcocer Damián, hasta la fecha de la emisión del oficio expresado, se venía desempeñando como SÍNDICO del H. Ayuntamiento de Cuajinicuilapa, Guerrero, en acatamiento a la Declaratoria de Elegibilidad antes indicada; cargo que lo imposibilita a ocupar otro distinto dentro de la administración para la cual fue electo y menos como Presidente sustituto”.
Pero al TEPJF los alegatos del presidente suplente le resultaron vanos y los desechó olímpicamente, convalidando la ilegalidad cometida por la Comisión Permanente del Congreso y ratificando, ilegalmente, al personero de García Cisneros en la presidencia municipal, en una clara violación de los derechos políticos y ciudadanos de González Saguilán.
En elecciones posteriores, algunos priístas prominentes votaban abiertamente en la casilla, diciendo: “Para que sienta el pinche negro lo que es la traición”.
Otro acto agresivo de Constantino García en contra de los intereses de su grupo político de origen fue despedir a todos los simpatizantes y miembros del mismo, sustituyéndolos por gente a su servicio de modo incondicional.
En respuesta, los priístas del grupo Cruz Castro cerraron de agosto a octubre de 2002 el ayuntamiento con el propósito de conseguir que Alejandro González fuera nombrado presidente sustituto y que se restituyera en sus cargos a los empleados despedidos, impidiendo así que el proceso de entrega y recepción del ayuntamiento de Cuajinicuilapa se diera conforme al procedimiento.

Marín Mendoza: Tino no me entregó ni un lápiz
Ello dio pie a que el entonces panista Alejandro Marín Mendoza declarara que García Cisneros no le había entregado ni un lápiz, pues aun cuando él no fungiera directamente como presidente, sí movía los hilos de su sustituto y del personal del ayuntamiento a través de León Robles, secretario general.
En una conferencia de prensa que dio en marzo de 2003, el presidente municipal Marín Mendoza declaró que no se encontraron archivos de la administración de su antecesor, García Cisneros, sobre el que pesaban acusaciones de tener en la nómina a unos 80 aviadores y de desviación de recursos públicos.
Marín Mendoza llegó a las oficinas del ayuntamiento en marzo de 2003 porque después del proceso electoral fueron ocupadas tanto por priístas (encabezados por el ahora primer regidor del PRI, Francisco Antonio Baños Añorve, ex candidato a la presidencia) como por perredistas, quienes lo acusaban de haber cometido fraude en la elección.
Durante esos ocho meses, la vida institucional del ayuntamiento fue frágil y complicada, y una de sus consecuencias inmediatas y negativas para la vida democrática del municipio fue que “se perdió” la documentación relacionada con la obra pública y el ejercicio de los recursos públicos durante el gobierno de Constantino García, quien así tuvo pretextos, dicen, para no entregar cuentas.
La entrega-recepción, en penumbras y en el límite. Fotografía: Eduardo Añorve.

En 2015, Loya Flores mandó a tomar el ayuntamiento, los rumores
En los días anteriores a la toma de posesión del ayuntamiento, un grupo de trabajadores sindicalizados, policías y tránsitos cerró sus oficinas para exigir que se les pagara la parte proporcional del aguinaldo y la segunda quincena, pues el presidente Loya Flores les comunicó que al no asignársele a él los recursos de la segunda quincena de septiembre él no se hacía responsable de sus pagos.
Además les dijo que no había certeza para que la nueva administración les pagara, por lo que podrían no pagarles, a pesar de ser muy sabido que la asignación de esos recursos se haría a nombre de Constantino García el día 30 de septiembre, según el calendario de la Secretaría de Hacienda federal, como dijeron unos policías a Diario Alternativo.
Esta situación molestó al nuevo presidente, quien consideró que no solamente era un rumor lo que se decía en las calles, que Yrineo Loya mandó a cerrar el palacio para no entregar bien las cuentas, sino que éste estaba actuando con dolo y alevosía.
En el estrado, visiblemente molesto, García Cisneros fustigó al ex presidente Loya Flores: “el día de ayer, no obstante que... muchos y muchas de ustedes lo saben... se instaló con puntualidad la comisión de entrega-recepción y... para ser precisos, exactamente el día 2 de septiembre... fue difícil poder avanzar. Tuvimos que recibir en las penumbras y en las últimas horas que le quedaban a la administración anterior”.
Y, aunque negó hacerlo, emitió un juicio negativo y reprobatorio al respecto, implícito en sus palabras: “A la anterior administración y en particular a quien fue su presidente municipal, la historia y las instancias serán las que lo juzguen. De mí no habrá ninguna expresión de que si fue bueno o fue malo su gobierno, serán ustedes y serán sus resultados los que permitan determinar el destino final de esa administración anterior”.
Ahora, un ciudadano cuestiona esos dichos: “¿Qué autoridad moral tiene Tino, si él tampoco entregó cuentas de su administración? ¿Ya se le olvidó, o piensa que a nosotros ya se nos olvidó lo que él hizo para no entregarle a Alejandro Marín, para no entregar cuentas claras? Que se deje de pleitos y que mejor se ponga a trabajar, que Cuaji tiene muchos problemas”.

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