jueves, 15 de octubre de 2015

¡Ya chole con sus quejas, señor presidente municipal!


LA ESQUINA DE XIPE
El ciudadano que aspira a gobernar un municipio debe conocerlo, se presume. La ley lo exige. En el caso del partido del presidente Constantino García Cisneros, el PRI, para cumplir con esa exigencia, el tercer documento que pide a los precandidatos fuereños a la presidencia municipal es: “En caso de no ser originario del Municipio, Constancia de Residencia de al menos 3 años efectivos como mínimo anteriores a la fecha de registro”. Claro que es lo que se dice un mero requisito, porque la constancia de residencia se la dan a cualquiera en la secretaría general del ayuntamiento… bueno, no tan a cualquiera, sino a gente importante, como el licenciado Tino, pues. Es muy sabido en Cuajinicuilapa que Constantino no sólo es frastero (de Huehuetán) sino que no ha vivido aquí los últimos tres años anteriores a la elección, pero eso no importa en Cuaji, ni en este país: la ley se acomoda a los intereses de los poderosos… y el también presidente de los porqueros del estado lo es. Y tiene padrinos poderosos también, por si hace falta. Y aunque la ley no lo exigiera, el propio sentido común obligaría a gente con sentido común pedir que el presidente conozca de antemano el municipio que va a gobernar… ¡antes incluso de que transcurran cien días!
El 12avo documento que piden a los aspirantes a candidatos a presidentes municipales por el PRI es “el programa de trabajo que realizará en caso de resultar electo”. Y este requisito tiene relación directa con el anterior: se presupone que el conocimiento de las problemáticas del municipio y su inteligencia le permitirán al aspirante a presidente (que vive aquí desde hace tres años) elaborar un programa de trabajo, es decir, idear y jerarquizar y ordenar una serie de objetivos a corto, mediano y largo plazo (que no excenda su mandato), los cuales deberán concretarse a través de actos, acciones, decisiones, etc., que se convertirá en el plan municipal de desarrollo, una vez que se acomode a cuestiones como ejercicios de planeación estratégica, diagnóstico institucional e indentificación de procesos, proyectos y servicios, definición de indicadores para el plan, revisión del marco jurídico y a la programación municipal en sí. Lo que importa dejar en claro aquí es que García Cisneros presentó un programa de trabajo que debe responder a las necesidades y problemáticas del municipio de Cuajinicuilapa, es decir, ¡no va a venir a improvisar! Es más: ya fue presidente municipal y ya tiene conocimiento de estos asuntos públicos. ¡No va a venir a improvisar!
Por eso resulta extraño y decepcionante escuchar al presidente García Cisneros hablar y declarar en público que va a trabajar por el bien de Cuaji… ¿como para desmentir que se sabe que va a trabajar por el mal de Cuaji? El 12 de octubre, por ejemplo, después del anacrónico y repugnante acto de celebración del “Día de la Raza” (¿semos perros o cuches, que tenemos razas?), el presidente pidió a los directores de área “que vayan afinando su plan de trabajo”. No, pos sí, al paso a que van, dentro de tres años ya tendremos plan municipal de desarrollo. Uno esperaría –tan chingones como dicen ser– que desde antier ya hubiesen estado en el proceso de elaboración del tal plan, que con la misma dedicación que utilizaron para preparar sus lindos trajecitos, la barbacoa de vaca muerta, la asistencias de sus “amigos” y “amigas” y otras banalidades de la toma de posesión, así mismo se hubiesen aplicado a trabajar, a partir del programa de trabajo del candidato (que realizará en caso de resultar electo), ya en funciones de presidente electo. Lo menos que están obligados a hacer es a cumplir lo que prometieron, pues. Y los obliga en principio su propia promesa.
Pero al ver la orden del presidente a los directores no queda más que entender que si no van a dar banderazos de obras, sí están dando bandazos en cuanto a armar el plan municipal de desarrollo, pues no se trata de partir de los planes particulares de los directores sino que tienen que primero tienen que definirse los propósitos, las estrategias, las políticas y las líneas de acción generales, las que le dan el sentido de plan rector de la administración municipal, y después, a partir de él se derivan las particularidades. Además de que se nota que no están trabajando en equipo ni se pretende que así lo sea, sino que se le pide a cada cual que actúe por su cuenta, sin entendimiento con los demás, cuando es de sobra conocido que las áreas de una administración municipal están relacionadas, ligadas, por lo que deben actuar coordinadamente, en función de objetivos mayores. Por otro lado, algunas de las direcciones no tienen definidas sus áreas de competencia ni sus funciones, ni sus titulares tienen en claro qué les corresponde hacer, ni cómo ni cuándo ni dónde ni por qué ni para qué, y me refiero a las 15 que crearon hace unos días. Insisto, ¿qué sentido tiene crear una dirección de Relaciones Políticas cuando se tiene una de Gobernación?, ¿qué sentido tiene crear una dirección de Museografía, si bastaba con asignarle un salario al director o directora del único museo que existe en el municipio?
En el mismo sentido, el presidente García Cisneros ya no sólo insiste en que sean los recursos económicos de los gobiernos estatal y federal quienes lo vengan a salvar de tener una administración mediocre, sino que ahora anda queriendo echarle la culpa a la Secretaría de Hacienda por no confeccionar sus reglas de operación de acuerdo a las necesidades del “marginado” municipio de Cuajinicuilapa: “Resolver el asunto del drenaje, del agua potable, del alumbrado público, para efecto de ir disminuyendo los índices que nos coloca (sic) en un municipio muy pobre. Cuajinicuilapa tiene todo el potencial para estar en mejores condiciones. Lamentablemente, donde no tenemos drenaje, agua, piso firme en las casas, son índices que nos están colocando como un municipio con mucha marginación, cuando nosotros no lo tenemos. Éste es un asunto que mañosamente muchos municipios no atienden porque, desafortunadamente, es en función del grado de marginación y la necesidad que se tiene en el municipio que la Secretaría de Hacienda determina la cuestión del presupuesto”. ¿Es o se hace? Yo creo que se hace, para conseguir mayor presupuesto. ¡Ríase, señor presidente! Digo, si Cuaji tiene todo el potencial, ¿por qué no mejor se pone a trabajar y deja de quejarse? Me extraña, amigo Tino, que teniendo usté unos amigos tan chingones allá arriba ahora ande quejándose que pobrecito de uno, que somos un municipio marginal. ¿No lo sabía desde antes? ¿No lleva uste viviendo más de tres años en el municipio y, por ende, conoce las necesidades y problemáticas del mismo y hasta elaboró ya un programa de trabajo para realizar en caso de resultar electo presidente? ¡Así que ahora anda quejándose! ¡¡¡Ya chole con sus quejas!!!
Bueno, señora Secretaría de Hacienda, no regañe tan así como así a mi presidente amigo, que tiene algo que decirle, algo propositivo: “Yo creo que debe ser a la inversa, de que haya un estímulo y mayor ingreso para los municipios que sí estamos [dispuestos] a reducir los índices de pobreza, y que estamos atacando (sic) los servicios públicos para mejorar la vivienda, para mejorar el medio ambiente y que no se siga rezagando. Los municipios con vocación indígena siguen siendo los premiados. Nosotros también necesitamos un estímulo para poder crecer como municipio”, dijo el mismo día 12. Que dice mi mama que siempre sí, que ya estamos atacando los servicios públicos para mejorar la vivienda, para mejorar el medio ambiente y que no se siga rezagando. ¿Quién te entiende, amigo Tino? Digo, ¿quién que te ponga atención te entiende, pues? Se me hace, amigo Tino, que no te entiendes ni tú solito. Pero, sí, de verdá, yo creo que el licenciado Constantino está sobre pasado para gobernar Cuajinicuilapa, como que ya se merece una secretaría federal, aunque sea la de Hacienda, ya desde allá podrá cambiar esas reglas que lo incomodan, que lo desestimulan para gobernar bien su municipio (concediendo que es de Cuaji, pues), que le impiden atender la marginación local. No se me achicopale, amigo Tino, ¿o ya se le jue la juerza en la campaña, y la alegría y las vivas ganas de servir a su gente, y ahora anda desguanzado? No se me vaya a chapinar, tenga paciencia, es más, usté ya lo dijo, usté ya lo descubrió: Los municipios con vocación indígena siguen siendo los premiados. Pos, ahí está: vuélvase indígena, vuelva indígena a su cabildo (así como los uniforma), vuelva indígenas a sus directores y subdirectores, vuelva indígena a su gente, vuelva indígenas a sus amigos. ¡Ya chole con sus quejas! Mire que ni siquiera han pasados los cien días. Ya lo sabe: Los municipios con vocación indígena siguen siendo los premiados. Usté lo dijo.

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