miércoles, 10 de febrero de 2010

Ante indiferencia de autoridades, pelean por ruta a Ometepec taxistas de Cuajinicuilapa


9 de febrero

Cierre de calles, conatos de bronca, amenazas e insultos en las calles entre taxistas del sitio uno, por una parte, y, por la otra, del tres y del cinco han ido escalando en los últimos días en esta cabecera municipal, causando molestias e incomodidades a la ciudadanía y a los pasajeros, como manifestación de la disputa por la ruta Cuajinicuilapa-Ometepec y viceversa, ante la total apatía de la administración del pripanista José Guadalupe Salvador Cruz Castro, presidente del municipio.

La táctica recurrente ante la invasión de la ruta de transporte que se considera propia es “encerrar” al taxi que invade; en este caso, las encerradas entre los taxis azules, del sitio uno, y de los verdes o “Chivos”, del sitio cinco, han sido frecuentes en las dos últimas semanas.

A mediados de la semana pasada, varios taxistas azules, que ordinariamente viajan hacia Ometepec, encerraron a un coche de los verdes, en la calle principal de Cuajinicuilapa, avenida Cuauhtémoc, a la altura de la intersección con la calle Hidalgo; eran aproximadamente las siete y media de la mañana.

Aprovechando que el pasaje proveniente del estado de Oaxaca suele descender en la terminal de autobuses (donde también tienen su base los verdes), la directiva del sitio cinco comenzó a mandar a alguna de sus unidades hacia Ometepec desde hace algunos meses, tal vez medio año, acto considerado como pirataje por los azules, quienes se ostentan como los propietarios de la ruta.

La semana pasada, el taxista encerrado tomó su teléfono, habló a su líder; en unos minutos acudieron varios de sus compañeros en su auxilio, encerrando a su vez a los taxis azules, hecho que obstruyó la circulación por la avenida Cuauhtémoc.

Los choferes se insultaron, se amagaron, se amenazaron, se retaron; la patrulla 01, la única a disposición de los agentes de tránsito local (la otra se ocupa en llevar a la novia del subdirector a la escuela y viceversa, para llevar a comer al director y para actividades de la misma importancia), pasó por el lugar de los hechos, los cuatro agentes miraron la calle ocupada, y partieron tranquilamente hacia su destino.

En tanto los ánimos de los taxistas se encienden, y amenazan con desbordarse, la autoridad mira estos hechos con apatía, con desinterés, como si ocurrieran en una pantalla que transmitiera hechos de otro país.

En esa ocasión, ante los gritos, retos e insultos de “El Pelón”, líder de los verdes o Chivos, el dirigente de los azules, “don Nico”, emprendió una graciosa huída; ésta fue interpretada como la señal de retirada por parte de los azules, quienes también se retiraron del lugar, dejando en paz al encerrado, que pudo continuar su viaje hacia Ometepec.

Entre tanto, los pasajeros se ven obligados a permanecer en sus asientos, esperando que los amables y atentos choferes resuelvan sus diferencias de civilizada manera, retardando sus viajes e invirtiendo mayor tiempo del programado en sus actividades, o de plano deshaciéndolas.

Este tipo de enfrentamientos se ha repetido en los últimos quince días; al parecer, solamente en la semana pasada ocurrieron tres encerramientos, incluyendo uno de los verdes a dos azules frente a la base de los primeros, y los consiguientes cierres de calles, a veces de manera que no pueda transitar vehículo alguno.

Según información recogida por El Faro, aunque desde hace casi medio año los Chivos le han hecho competencia a los azules, en los últimos días ésta se ha agudizado; incluso, los taxistas del sitio cinco se han hecho acompañar con los del sitio tres, los amarillos de la UTD que recientemente obtuvieron el compromiso de Cruz Castro para que les construya su base enfrente del zócalo.

Al respecto, los taxistas amarillos niegan que participen en esta disputa por la ruta hacia Ometepec, menos que se presten a piratear a sus colegas azules; sin embargo, fuentes informadas aseguran que se amenaza a los choferes con sancionarlos si no acatan la orden de acompañar a los Chivos y realizar los viajes que les correspondan.

Taxis de ambos sitios, verdes y amarillos, se han apostado últimamente en la calle Aldama, esquina con Porfirio Díaz, la calle principal, precisamente donde son desembarcados los pajeros procedentes de Oaxaca, para ofrecerles sus servicios hacia Ometepec, como lo hicieron el pasado domingo.

Y aunque se han dado pláticas y negociaciones (algunas suspendidas, de las que se realizarían ante las autoridades municipales) entre los dirigentes, el conflicto permanece y ha aumentado su beligerancia, perjudicando muchos de los involucrados, “pero no a los líderes”, según asegura un taxista de los azules.

Este taxista narra que, por ejemplo, fueron obligados durante la semana pasada a aportar, de mala gana, cuotas extraordinarias para que su líder pudiera viajar a Chilpancingo a resolver el conflicto, según les explicó; hecho que resultó infructuoso porque los problemas continúan.

“Están peleando el trabajo”, explica un permisionario, “por eso andan pirateando; la chamba está escasa”.

Otros taxistas, de sitios no involucrados en el conflicto, opinan, irónicamente, que estas pugnas son una farsa y preguntan, retóricamente: “Bueno, pero ellos siempre andaban juntos, ¿no? Y ahora, ¿qué les pasó?”.

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