miércoles, 31 de marzo de 2010

Se incrementan asaltos y otros delitos en Cuajinicuilapa


30 de marzo

La noche del pasado martes 29 de marzo se cometió un asalto a mano armada a una clínica médica en Cuajinicuilapa y aunque el hecho fue denunciado inmediatamente a la Policía Preventiva Municipal (PPM, corporación que vive una crisis que la divide), el hombre que lo realizó no fue atrapado, como frecuentemente ocurre, al grado de parecer una situación normal y a la que la población, mal que bien, se ha acostumbrado, a pesar de haberse incrementado este tipo de delitos en los últimos meses.

Mil quinientos pesos y un cámara de video (“para filmar”) fueron el botín que un individuo obtuvo de un asalto a mano armada, con pistola, realizado contra la Clínica Bustos, ubicada en la calle Zaragoza, entre la calle principal Porfirio Díaz y la Benito Juárez, un poco antes de las ocho de la noche del pasado martes.

El hombre descendió de un automóvil blanco, marca Nissan, tipo Tsuru, y con una pistola amagó a la médico que se encontraba de guardia, apoderándose del botín descrito; posteriormente huyó en ese mismo vehículo “con rumbo desconocido”; se desconoce también si el individuo actuó solo o acompañado.

Llueven las denuncias de robo a la dirección de Seguridad Pública municipal, a cargo de Valentín Eleucadio Agustiniano Montalván; sin embargo, éste no tiene capacidad operativa ni interés en actuar para atender las demandas de auxilio de la población, como ha demostrado a lo largo de esta administración del pripanista José Guadalupe Salvador Cruz Castro, quien juró en su campaña que aquel no sería designado para el cargo que ocupa.

El subdirector de esa dependencia, Honorio Martínez Rodríguez, sí tiene experiencia y comanda al grueso de los agentes de la PPM, además de contar con capacidad operativa e interés en atender las demandas de auxilio de la población cuijleña, como lo demuestra la reciente detención de una banda de jóvenes de Montecillos que realizaron un robo en San Nicolás (El Faro, 30 de marzo de 2010).

Un funcionario del Ayuntamiento resume esta situación: “Él [Martínez Rodríguez] sí sabe, conoce bien el área y sabe cómo actuar para detener a los delincuentes; lo único malo es que no los pone a disposición, se arregla con ellos, y los suelta”.

Otra de las conductas que abonan al crecimiento de los delitos y a la impunidad de los delincuentes es la inoperancia de los llamados “operativos” de la PPM, como ocurrió con el asalto y despojo de automóvil que sufriera un agente de ventas hace unos días, en plena calle principal, en una zona donde ya se han perpetrado asaltos similares.

De acuerdo con datos oficiales, tanto Nicolás Pacheco Mendoza (quien se ostenta como doctor) como el agente de ventas Sebastián Martínez Rodríguez fueron asaltados por tres hombres en el consultorio del primero, ubicado en la calle Cuauhtémoc, a una calle del palacio municipal.

Al distribuidor de productos farmacéuticos de la empresa Delta, con sede en Puebla, lo despojaron de 2 mil pesos que llevaba en su cartera; además, lo despojaron de un automóvil marca Volswagen, tipo Jetta, color blanco, con placas TWJ-1758, y de 80 mil pesos que llevaba en un maletín dentro del automóvil.

Al “doctor Mendoza” (como se le conoce localmente), lo despojaron de 5 mil pesos en efectivo.

El asalto ocurrió alrededor de las 2 de la tarde, a plena luz del día; incluso testigos presenciales del hecho refieren que al distribuidor de medicamentos “le amarraron las manos [las muñecas] con cinta canela”; y aunque el hecho fue notorio, la PPM no apareció sino mucho tiempo después; curiosamente, en la zona no había centinelas, hecho contrario a lo habitual.

La falta de denuncia de hechos delictivos por parte de la población, que ya mira como normal su comisión, es otro factor que incentiva este crecimiento, como en el caso de una joven preparatoriana que fue violada tumultuariamente (por varios individuos) entre la noche del pasado miércoles 24 y la madrugada del jueves 25 de marzo.

Según testimonios recogidos por El Faro, se emitió un reporte para avisar que, la mañana del jueves 25, en el barrio de San Francisco se encontraba tirado el cuerpo de una joven, con huellas de haber sido golpeada.

Este caso, al parecer, era y es desconocido por las autoridades municipales; sin embargo, existen versiones de que “una ambulancia la recogió”, sin que se precise cuál o de qué institución.

También se conoce que un médico local la atendió, en un domicilio privado, y dio constancia de las lesiones que presentaba la joven preparatoriana, incluyendo las causadas por las violaciones a las que fue sometida, aparentemente bajo el influjo de alguna droga.

Además, se presume que la joven fue buscada en instituciones como la Cruz Roja, presuntamente por familiares suyos.

Estos y otros delitos se comenten cotidianamente en Cuajinicuilapa, en tanto las autoridades no aciertan a atender esta problemática, la que se ve agravada por la existencia de dos mandos distintos en la PPM; a los vecinos, por su parte, pareciera que ya nada de esto los asombra, excepto cuando son atacados por los delincuentes, pero a pesar de ello la mayoría de las veces no presentan denuncias formales.

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