lunes, 29 de marzo de 2010

Fernando Herrera, trovador de la nostalgia (2ª parte)

Fernando Herrera, trovador

En esta segunda y última parte de la entrevista que El Faro le realizó al trovador costeño Fernando Herrera Cipriano él habla de su trabajo, de las canciones que su público prefiere, de otras actividades suyas, como la enseñanza de guitarra según un método suyo muy peculiar, de algunos de sus proyectos de regresar a México. Entre otras cosas interesantes, nos da su visión de la bohemia.

-¿Qué canciones te piden más?

-De las canciones que piden más son: Amor eterno, Mi viejo. Son canciones sentimentales; piden de Los Bukis, también; de José José piden mucho Almohada; y de los románticos, la clásica en los tríos, Gema, Tres regalos. En la trova, para calarte, te piden Ojalá, canciononón, en armonía, letra. Ya, los más conocidos piden canciones más…

-¿Específicas? El paso de la canoa…

-Fíjate que El paso de la canoa allá, como no me ha topado mucho con la gente de acá, he ido a fiestas así, pero muy poco, el público que tengo yo allá es, por lo general, de diferentes países…

-¿En dónde tocas, para entender mejor esto que me estás platicando?

-Mira, yo toco en restauranes México-americanos; ahí va el folclor nuestro, también, esa es otra parte, también, que yo he explorado: Cielito lindo, El rey, Si nos dejan, Solamente una vez, Bésame mucho. Son canciones también muy buenas, la mera verdad. Guantanamera, La bamba, Cuando calienta el sol, son canciones clásicas que los americanos dicen: “Oye, México también compuso, son canciones que tienen buena letra”. Y las cantan también.

Esa es un área, y la parte de las fiestas particulares, esa es otra, donde allí sí te vas a encontrar un colombiano y hay que cantar una canción de Colombia; entonces, ahí puedes cantar a Juanes, La camisa negra; también me la sé; son canciones de mucha letra. Yo siento que, de repente, no me acuerdo, pero, ya estando allí, la gente me hace sacar las canciones.

-¿No tienes apuntador?

-No, no, no. Fíjate que, cuando pongo la máquina de ritmos piensan que allí está la… La apago y yo sigo cantando sin caja de ritmo porque, el otro sistema es que yo llego a cantar las canciones pegaditas, pegaditas. Cuando la gente está emocionada y está cantando, lo que yo hago es darle más emoción, es decir: el otro día, un amigo me contó las canciones, contó treinta canciones pegaditas que estuvimos cantando aquí.

-Hemos hablado de la bohemia, ¿qué es ser bohemio, qué es la bohemia?

-Mira, ser bohemio no es necesariamente ser uno borracho; yo pienso que la bohemia está entre el romanticismo y la transmisión de emociones en relación a la mujer. Hablar de bohemia es hablar de mujer, hablar de emociones, emoción hacia al padre, hacia la madre, hacia los amigos; una bohemia es entregarse y embelezarse en armonías, en letras, en poesía y, claro, acompañado en la mayoría de las veces con bebida. Lo que pasa es que muchas veces lo bohemio se relaciona mucho con el vicio, ¿no?, y hay gente que se ha muerto realmente en el vicio.

Yo no tomo gran cosa, me tomo unas dos, tres, ¿por qué?, porque es una forma de estar en el momento disfrutando con la gente también, diciendo “salud”, pero hay que cuidar la salud, no hay que llegar a los extremos.

-¿Cumbias?

-También, es un ritmo alegre. Las cumbias que… a mí me gustaría aprenderme un montón, pero allí voy un poco a la zaga. Yo retomo desde Los Bukis, La najayita, y últimamente he puesto de Mike Laure, de las canciones viejitas: El tiburón, La rajita de canela, El caimán, 039…

-Y, ¿de la Costa?

-Lo que pasa es que son muchas canciones y hay que aprenderse las letras bien. Sí tengo en proyecto aprenderme cumbias porque la gente quiere bailar también. Ahora sí que tengo una tarea. Por otro lado, yo casi no voy mucho a las fiestas de la gente de la Costa.

-¿No quieres, no te invitan?

-En mi caso, la gente que se va para allá [USA], quizá ellos no se criaron en el ambiente en que yo me crié; lo que yo hago, el trabajo que yo hago no le ven mucho atractivo, dicen: “Yo prefiero corrido, prefiero otra cosa, no más”.

-¿Estarías dispuesto a incursionar en los corridos, por ejemplo?

-De hecho, sí, estoy tratando de meterme, aunque me cuesta más trabajo porque no es mi fuerte, pero, sí es bueno: cuando uno interpreta un corrido también hay que meterse en la letra y ver cómo la gente mexicana, de diferentes partes de la República, lo trae en la sangre… los gritos, la emoción… No sé, les llena bastante. Una historia, ¿no?, un corrido.

-¿Qué tiempo tienes tocando?

-Ya, más de treinta años, pero no ha sido en forma. Dedicado así, serán… Es que ha sido por etapas: en un tiempo he metí duro, después, cuando me casé le bajé un poco, por los hijos. Hay que tratar de darle educación a los hijos, necesitan atención. Me divorcié y empecé, desde el 2001, ya le he estado dando más duro; llevo como unos nueve años.

-¿Constantemente?

-Constantemente, hace tres años, ya diario. Y lo que hice yo… por lo general trabajaba con tríos, con duetos, siempre auxiliándome de otra voz y de otra guitarra. Pero, volvemos a caer en esto: esto es un trabajo, es una carrera; entonces, hay gente que no va al mismo nivel que uno en la carrera, hay gente que se conforma con las mismas canciones todo el año, y para mí no va eso. Tantas cosas bonitas que hay que descubrir, como dices: cumbias, corridos, otros artistas nuevos que hay. El cerebro da si lo pones a trabajar, pero si no le gusta a uno estudiar, pues, no. En este caso, me ha hecho que yo mejor siga mi carrera solo. Me decidí; digo: “Voy a intentar un año como solista, con la gente en fiestas particulares; si me va bien como trabajito lo sigo haciendo, si no, vuelvo a mi trabajo”. Pero, al parecer me está dando resultados porque me llama la gente.

-¿Cuántos años llevas como solista?

-Tres años. Ha sido lento, primero, tener que estar esperando que alguien me llame, ¿no? Y ya, últimamente, me llaman constantemente, o sea, tengo trabajo todo el año. Doy clases, también, de guitarra para un mariachi juvenil de Utah, en West Vailey, en una escuela, no es base, pero es un programa extra para los alumnos. También doy clases particulares, le he enseñado a gente a tocar guitarra con el sistema que yo tengo, que es práctico, sin tanta teoría. Es empírico, pues, así como me enseñaron a mí y otras cosas que he anexado, con técnica de guitarra a guitarra. Dos guitarras, a ver, tú tienes una guitarra y yo tengo otra, vamos a empezar con el ritmo de la mano derecha y vámonos, luego, luego. Una balada rítmica: un dedo que va aquí, a la media hora dos dedos, tres dedos, y ya se llevó el Do mayor y ya se llevó un ritmo la persona en la primera clase. Hago que sea un método más rápido; el que va a aprender y que le gusta, va a seguir; y tratar de no darle mucho, si no se satura.

-¿Dónde vives, dónde has vivido?

-En West Vailey, en Utah. Me fui en el 88, llegué a Santana, California, con el amigo Salazar, Javier Salazar, que en paz descanse…

-Que también era músico…

-Sí, también era compositor. Él era, como todos, ¿no?, que tenemos de músico, poeta y loco, todos tenemos un poco. Él soñaba con que le grabara alguien grande, él sí buscaba fama, él sí pensaba como otra gente que yo conozco. La mayoría de los compositores sueñan que les graba una canción alguien, a un nivel bien, aunque no ganen, y sueñan y gastan mucho tiempo, gastan dinero. En el caso de Salazar, yo recuerdo que rentaba hasta un local, compró instrumentos, pagaba músicos, y finalmente no se hizo nada. O sea, es una carrera muy difícil. Por eso yo le digo a la gente que, pues, que si alguien empieza a meterse a estudiar esto lo tome… primero ver si lo que él trae lo va a pulir, si realmente trae talento y, luego, lo último, es que a la gente le guste lo que tú haces, y ver a qué sector va dirigido.

-Por eso no compones…

-No compongo porque no me late mucho, es decir, y, además, ¿cómo voy a componer algo? Por ejemplo, las canciones que yo canto, que interpreto, digo: “Oye, pues, esto vale la pena”. Te mueve, me transmitió algo el compositor. Entonces, yo, tengo que darles algo también; pero, algo sencillo: “Te extraño, te quiero mucho…”, eso no dice nada…

-Perdón, ¿y Manzanero? Esta tarde vi llover,/ vi gente correr/ y no estabas tú…

-Pero tiene mucha… Manzanero es muy bueno, es muy bueno en armonía, en cambios, no compuso sencillo él. Sus letras parecen sencillas, pero fíjate la forma de hilvanar. Ahora, hay otra: ellos, como nacieron antes, nos ganaron las formas, los modelos de canciones.

-Agustín Lara…

-Agustín Lara también es de los buenos, aunque ya mucha gente se está olvidando de ellos. Está María bonita, Solamente una vez, esas canciones. Yo, eso es lo que hago: precisamente, la labor que yo hago de esto con la guitarra, es que con esa guitarrita transporto todo ese montonal de discos viejos que la gente tiene guardados ahí, pero los hacemos vivos, los volvemos a revivir. Por ejemplo, Noche de ronda, esa canción; alguien dice: “Vamos a cantar algo de Agustín Lara”, y sí, lo logramos, revivimos a cada artista en ese momento.

-José Alfredo…

-También, claro, ese sí es pueblo, pero pueblo pueblo; ese sí es de los bohemios, pero de hueso colorado. Cuando la gente está tomada, ya en ese ambiente, o quieres que tome, empiezas a cantar esas canciones y, parece nada, pero envuelven: Ella, El rey, y te sientes mexicano cien por ciento. José Alfredo Jiménez está expresando el machismo pero el machismo romántico, el machismo bravío.

-Juan Gabriel…

-Tiene, tiene también Juan Gabriel; las letras de muchas de sus canciones… a mí me gustan más las canciones viejas, desde No tengo dinero, desde aquella época… Amor eterno, y no, cuidado, tiene letras, lo que sea, muy buenas.

-¿Es difícil vivir en Estados Unidos?

-Para mí no ha sido difícil, para mí ha sido una aventura, en donde he ido a aprender, me he divertido, he pasado otra etapa bonita, allá. Aquí también las viví, en la prepa, en Cuaji, en la carrera, en Chilpancingo, gracias a mis padres. Pero allá, la mayoría de nosotros vamos a hacer dólares, a hacer casa, a tener carro, negocio; vas con esa idea: “Voy dos años y me regreso”. Pero al llegar allá, es otra etapa, porque yo estaba acostumbrado a depender de mis padres; al llegar allá, me digo: “Yo voy a demostrar que yo las puedo solo”. Entonces, vuelvo a caer otra vez, la guitarra me ha salvado, porque llegando allá, me llevan con los amigos, y ya los amigos me empiezan a buscar trabajo, y ya los amigos: “Cuando gustes, aquí está mi teléfono”. O sea, la relación, siempre, por medio de la guitarra, de la música.

Y ya en el trabajo, cuenta el empeño que le puse yo, y volví a estudiar inglés. Lo primero que hice fue comprar un diccionario bilingüe y a estudiar inglés en las tardes, a aprovechar el tiempo.

-¿Eres disciplinado?

-Tengo cierto disciplina, sí. Es decir, mis metas no son muy grandes pero las pocas que voy haciendo, yo creo que las voy haciendo bien. Yo dije: “En la vida, nadie me lleva presionado a que yo tenga lo que otros tienen a mi edad”. Yo sé que todos vivimos a diferentes niveles de vida, en diferentes etapas.

-¿Piensas regresar acá?

-Sí. De que pienso regresar para acá, sí. Precisamente lo que estoy haciendo con mis venidas últimamente, es socializar más, y al socializar, volverme a reinsertar otra vez a mis raíces. Cuando tú me preguntas esto, de si quiero volver acá, por supuesto que sí; el plan que tengo, más adelante, que diez años se van volando, que quince se van rápido, entonces, es estar seis meses aquí, en Guerrero, en diferentes partes del estado, porque ya tengo varias conexiones para trabajar, y hasta para llegar de incógnito, para descansar, una semanita, cosas así.

Yo quisiera, ya, regresar, pero tengo la tarea de mis hijos, de 18, 15 y 12 años. La labor ahora es ser padre, también venir a ver a mis padres, estoy en una etapa en la que tengo que ver de dónde vengo y lo que viene detrás de mí; tengo que estar compartido, en medio, ¿no?

No hay comentarios:

Seguidores

Archivo del blog