11 marzo
Después de mucho anunciarse, finalmente el presidente de Cuajinicuilapa, José Guadalupe Salvador Cruz Castro, deja su cargo luego de entregar la cuenta pública 2009 como había prometido, para no dejar pendientes en su administración, según ha informado al Cabildo en pleno y a ediles, como ha informado este medio, sin decidir todavía quién será su suplente.
Según personal del departamento de finanzas públicas, el pasado viernes 5 de marzo el Ayuntamiento de Cuajinicuilapa cumplió con su obligación de entregar la cuenta pública del ejercicio fiscal 2009.
Para José Cruz Castro esta fecha es significativa porque representa la conclusión de un compromiso que, aparentemente, asumió con la ciudadanía, y hasta ahora ha estado cumpliendo.
Un par de ediles testifica sobre esta decisión conflictiva para el municipio: José se va y ya sabe quién va a reemplazarlo.
De acuerdo con los ordenamientos legales, su hermano Salvador Cruz Castro debe sustituirlo por ser su suplente.
Esta situación se considera como irregular, porque el Instituto Estatal Electoral no debió inscribir al hermano de candidato José Cruz Castro como su suplente, pero así se hizo.
Ahora, sin embargo, teniendo en puerta la licencia por tiempo indefinido de José, siempre se ha sabido que “Chava” no quiere gobernar Cuajinicuilapa, y menos después de haberse roto una pierna en los toros durante la feria pasada.
El presidente opina que Andrés, el hermano mayor y asesor del Ayuntamiento y quien ya ha sido presidente municipal debe sustituirlo “porque tiene experiencia”.
Posiblemente ha olvidado que él mismo opina que los ciudadanos de Cuajinicuilapa tienen que cuidarse de Andrés, el hermano incómodo, porque ese sí viene con todo a extorsionarlos.
Si, como se prefigura, José Guadalupe Salvador dejará el gobierno, éste sería ocupado por su hermano o alguien de su grupo, según previsiones hechas para no dejar a la deriva una administración ganada con las siglas del Partido Acción Nacional pero que nunca ha dejado de pertenecer al Partido Revolucionario Institucional.
Algunos ciudadanos, e incluso supuestos periodistas, han visto esta información con escepticismo, pretendiendo desmentirla; sin embargo, los datos duros han estado confirmando que la renuncia disfrazada del presidente de Cuajinicuilapa es irreversible.
Irreversible, pero a nadie parece interesarle.
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