4 de mayo
Santos Álvarez Salinas, (a) Santitos, fue encontrado ejecutado el pasado martes 4 de mayo en el camino de terracería que conduce de Cuajinicuilapa hacia San Nicolás, conocido también como “camino viejo”, a unos 300 metros al suroeste de donde se realiza el festejo de la Santa Cruz, en el Barrio del Panteón, de esta cabecera municipal, con huellas de tortura y un par de trozos de cartulina donde estaban escritas amenazas contra asaltantes y violadores, además de otra al director de Seguridad Pública municipal.
Aunque presumiblemente Santitos fue ejecutado durante la madrugada del pasado martes, no fue sino hasta las once de la mañana en que fue enterada la autoridad municipal de que en esa brecha se encontraba tirado el cadáver de un hombre moreno, delgado, lacio, del cual no dijeron datos precisos, excepto que había sido asesinado a balazos y estaba atado de manos y pies.
A menos de un kilómetro de la carretera 200 Acapulco-Pinotepa Nacional, en una brecha que también comunica a la cabecera municipal con muchos ranchos, encierros y terrenos de labor agrícola, atravesado en el camino se encontró el cadáver de Santos Álvarez Salinas, el cual estaba desnudo del torso y conservaba un pantalón color café, huaraches y una gorra, que usaba regularmente.
El cadáver tenía las manos atadas hacia atrás con cinta adhesiva transparente; del mismo modo, tenía atados los tobillos; en el cuello, además de una playera sin mangas color blanca, presumiblemente suya, había sido un atado con la misma cinta.
En el cuerpo se observaban varios orificios pequeños; algunos de ellos, en el tórax, presentaban huella de pólvora; además, tenía impactos de bala en la cabeza, en la cara, en abdomen y en las piernas; de acuerdo con el informe oficial, el occiso presentaba 18 impactos de bala de los calibres 38 súper, .9 milímetros y .22.
En el cadáver de Santos Álvarez Salinas podían observarse 2 disparos en la cabeza, 1 en el mentón, 8 en el tórax y abdomen, 2 en la pierna derecha y 1 en tobillo izquierdo; también tenía dos heridas de arma blanca sobre la ceja derecha.
Un testigo presencial dijo que él había pasado por el sitio a las diez de la mañana de ese mismo día y vio que “la sangre ya estaba cuajada”; por la rigidez del cadáver, el médico legista opinó que Santitos había muerto cuando menos seis horas antes, es decir, la madrugada de este martes.
Ese camino es muy transitado desde las primeras horas de la mañana, particularmente por vaqueros o ganaderos que acuden a realizar sus ordeñas; sin embargo, aunque “pasó un chingo de gente, nomás le daban la vuelta” sin decidirse a informar del hallazgo a las autoridades, según el testigo mencionado.
Posteriormente se descubrió que debajo de la cinta adhesiva transparente con que le ataron las muñecas se encontraba una correa de plástico, con la que también estaba atado.
Del mismo modo, en el cuello, bajo la que supuestamente era su playera, se encontraba atado con esa mismo tipo de cinta; al parecer, también fue ahorcado, provocándole asfixia, aunque se desconoce si ésta fue la causa de su muerte.
Por la posición del cadáver y las huellas en el suelo, incluyéndose las manchas de sangre, Santitos habría sido baleado estando sentado, en ambas extremidades inferiores, causándole un abundante desangramiento; posteriormente sería baleado en el cuerpo y en la cabeza.
En el pecho tenía un trozo de cartulina blanca con el siguiente mensaje: “esto les va a pasar a todos los putos pasados de verga q se quieren meter con nosotros y que anden Robando a despensa del ogar y aciendo pendejadas ya estamos cansados de tanto desmadre y tu puto Leo dejate de mamadas dejate de andar solapando… pa la próxima…”
Pendiente del cuello, en la espalda, tenía otro pedazo de cartulina fosforescente color naranja con la leyenda con amenazas contra “violadores mañosos”.
Por estas características, incluso el titular de la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común en el Distrito de Abasolo, Raciel González García se dio el lujo de bromear: “¿Ya llegó la familia?”, preguntando por los parientes del difunto y aludiendo a un grupo michoacano que se hace llamar La Familia y realiza este tipo de ejecuciones.
El cadáver fue encontrado frente a la entrada de un encierro del presidente municipal, José Guadalupe Salvador Cruz Castro, a unos metros donde la noche del lunes 3 de mayo se realizaron jugadas de gallos, carreras de caballo y un baile para festejar a la Santa Cruz.
Del móvil del crimen y de la identidad del o de los asesinos no se tiene información.
Santitos, de 30 años de edad, aproximadamente, y vecino del la calle 5 de Mayo sin número, en la colonia San Judas Tadeo, había sido involucrado en diversos actos delictivos por varios años, incluyendo una violación a una menor, sin que se le hubiese encontrado culpable las veces que fue aprehendido.
Su cuerpo lo entregó el Ministerio Público a su hermana Dominga Álvarez Salinas.
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