miércoles, 7 de abril de 2010

Acarrean a beneficiarias de Oportunidades para engrosar acto de fundación de Cuajinicuilapa


6 de abril

Aunque la maestra de ceremonias del acto de conmemoración de la fundación del pueblo y del municipio de Cuajinicuilapa, realizado por el Ayuntamiento la tarde del pasado 5 de abril, aseguró que su presencia “era solidaria”, las beneficiarias del programa Oportunidades asistentes a él no acudieron por voluntad propia sino ante el prepotente llamado de las operadores de ese programa en la cabecera municipal, hecho con engaño en algunos casos.

La cita era a las 16 horas, cuatro de la tarde, en la calle principal, avenida Porfirio Díaz, frente a la escuela Ignacio Manuel Altamirano II, en el Barrio Arriba, donde desde esa hora comenzaron a congregarse las mujeres beneficiarias del programa Oportunidades y algunos estudiantes.

El objetivo era integrarse a la marcha-desfile que con motivo de conmemorar el 158 aniversario de la creación del municipio de Cuajinicuilapa organizaba, de manera apresurada y extemporánea, el Ayuntamiento.

Cincuenta, sesenta mujeres, madres de familia, acudieron al llamado y acompañaron a ediles, funcionarios y servidores públicos, ancianos organizados en el grupo Emiliano Zapata, estudiantes de algunas escuelas y uno que otro curioso, además de varios jinetes a caballo, en su caminata por la calle principal de esta cabecera municipal, desde el sitio de la cita hasta la cancha de basketbol que se ubica frente al palacio municipal.

Algunas señoras rezagadas, a bordo de camionetas del servicio público o urvan, preguntaban por la hora y se quejaban de haber sido citadas a una hora en la que “el sol todavía quema” o se daban ánimos para integrarse a la marcha a la altura del zócalo.

Y aunque, según algunas versiones, la asistencia de estas mujeres (ya acostumbradas a ser traídas y llevadas todo el tiempo a cualquier tipo de actividad que le convenga a las autoridades) no era obligatoria (“no se va a pasar lista”), su asistencia masiva indica que sí se tomaron en serio la invitación o temían a tener una falta.

“Cuando la autoridad o los partidos políticos quieren llenar un acto o tener segura la asistencia de gente, llevan a las de Oportunidades, les pasan lista”, atestigua un hombre que ha fungido como servidor público.

Como casi siempre ocurre en este tipo de acarreos de estas señoras, aunque se integraron a una marcha o desfile general, donde podían caminar libremente, caminaron en un grupo definido; incluso, a la hora de colocarse en la cancha municipal también permanecieron en grupo.

A muchas de ellas las invitaron con el señuelo o engaño de que acudirían ante el presidente municipal para realizar gestiones en grupo, como la introducción del servicio de recolección de basura en colonias o lugares donde no se proporciona.

Por otro lado, al acto también acudieron ancianos pertenecientes al denominado grupo de gestores ciudadanos Emiliano Zapata, una veintena, grupo que apoyó a José Guadalupe Salvador Cruz Castro para llegar a la presidencia municipal y que, incluso, percibe unos miles de pesos de apoyo mensuales por parte del Ayuntamiento para su funcionamiento.

Además, y con la ausencia de la mayoría de los regidores (acudieron solamente dos de seis), se reclutaron apresuradamente a alumnos de la escuela primaria Ignacio Manuel Altamirano II y del CBTA 102 para engrosar el escuálido contingente; una de las razones que explican la ausencia de las demás escuelas de la cabecera municipal fue que las autoridades se dieron cuenta del aniversario de la fundación del pueblo y el municipio de Cuajinicuilapa después de transcurrido.

Justificando a posteriori, ya pasado, el gazapo o error de celebrar cuatro días después esa fecha histórica, uno de los maestros de ceremonia se ufanaba de que por respeto a las celebraciones religiosas del 1 de abril se había decidido trasladarla al lunes 5 de abril, mintiendo abiertamente porque era de muchos ciudadanos conocido que se les olvidó hacerlo cuando correspondía.

Del mismo modo, la otra maestra de ceremonias, al borde de la ignorancia sobre el acto originario de la celebración, anunciaba a los trescientos (aproximadamente) asistentes que el 1 de abril el Congreso del estado de Guerrero había fundando el municipio de Cuajinicuilapa, nombre al cual le había agregado “de Santamaría” por ser éste el apellido del primer presidente municipal.

En realidad, el añadido del Congreso, hecho el 1 de abril de 1852, para designar este municipio como “Cuajinicuilapa de Santamaría” se debe a que el héroe local Francisco Atilano Santamaría donó los terrenos que corresponderían al territorio del flamante municipio, motivo por el cual se le nombró también como su presidente, siendo, obviamente, el primero.

Antes de los discursos oficiales, varias de las mujeres acarreadas comenzaron a retirarse, sin siquiera esperar a comer la barbacoa que se cocinara durante el día en el patio del palacio municipal, o ignorantes de que se les agasajaría con ese manido platillo.

Una mujer aseguraba que ya no se esperaría porque “ya tenía hambre”, y no se iba “a morir de hambre” por ver lo de siempre: “ya nos tuvieron mucho rato esperando allá en la IMA, así que yo ya me voy a mi casa”.

Todavía, media hora después de concluido el desfile, cuatro jinetes cabalgaban hacia la concentración, a paso lento, haciendo lucir sus caballos, rezagados de “la gran cabalgata” que anunciaran las autoridades.

Algunos ciudadanos se preguntaban (se preguntaron a lo largo del desfile): “Y ahora, ¿qué se festeja?”, pero nadie tenía respuestas.

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