29 de abril
Que todavía no se está robando el agua “porque apenas va a hacer un mes” que metió una toma clandestina, ante la acusación de que sí lo hace, argumenta el pripanista Juan José Cruz Castro, presidente municipal de Cuajinicuilapa, frente a ex socios de la empresa ganadera que fueron propietarios del pozo que abastece a la población, el pasado miércoles 28 de abril, en una reunión sostenida para “tratar el tema relacionado con la propiedad del pozo profundo”.
La tarde del miércoles pasado, frente a unos cincuenta ex socios de la extinta Empresa Agrícola Ganadera Ejidal Cuaji 74, el católico presidente de Cuajinicuilapa fue sincero, en relación a la acusación de que se roba el agua del pozo que abastece a la cabecera municipal:
“No qué dice [quien lo acusa] que [el tubo instalado es] de dos pulgadas, que le estamos robando el agua al pueblo, pero, si eso apenas fue, yo no sé cómo dice que me la estoy robando si apenas va a tener el mes, ¿cómo es posible que ya me la estoy robando y ni siquiera tiene el mes para decir: Ya lleva más de un año, el señor, y no paga el agua, se la está robando? Yo aquí tengo mi contrato, donde yo hice en 2002 mi contrato, y el último pago que hice en el 2008”.
Y muestra algunos papeles a la audiencia para sustentar su afirmación, sin caer en cuenta que, de ser cierto lo que dijo, ya tiene más de un año sin pagar ese servicio de agua entubada y, siguiendo su propia aritmética moral, sí está incurriendo en la conducta que le achacan, agravada ahora por el cinismo que muestra al hacerlo.
La historia de esa toma de agua clandestina (cuya última instalación la hizo hace menos de un mes el personal del departamento de Agua Potable y Alcantarillado (APA), que depende de José Cruz Castro) es larga, y el presidente intenta explicarla a los ex empresarios (a quienes llega a confundir con ganaderos en varias ocasiones):
“Sin embargo, yo hice esa excavación, sí, ciertamente, pero nosotros hicimos una excavación con una palita, ni pala normal, con pico y talacho, pala, pero pala de niño, angostita para que no hiciera una excavación grande; se llevaron como diez días, los muchachos, mis muchachos, no la gente del Agua Potable, [quienes] ahí andan: párenlos, emborráchenlos y que les digan la verdad. Yo nunca utilicé al personal del Ayuntamiento para hacer la excavación, nunca puse al personal a tender la tubería como se dice; yo, mis muchachos hicieron ese trabajo, tanto la excavación como la tubería. Chico Clavel y Chico Sandoval [ambos laboran para el Ayuntamiento] únicamente fueron a hacerme la toma, pero después de que salieron de su trabajo, yo no ando aprovechándome de que porque estoy en el Ayuntamiento vayan a hacerme la toma. Ellos cobraron su trabajo en esa toma”.
Sin tener que recurrir al edificante método de emborracharlos para que digan la verdad, según el consejo del presidente, personal de APA ha reconocido en varias ocasiones que ellos realizaron todo ese trabajo; en una visita al terreno, El Faro pudo constatar que la excavación mencionada tiene medio metro de ancho y su profundidad menor es de un metro, pero el presidente acusó a Jesús Marín Colón (dueño del terreno que resultó afectado por ella y al cual no le pidieron permiso para hacerla):
“Las sepas, las sepas, las sepas que aparece allí en el periódico el mismo señor la hizo con una máquina, fue a propósito a hacerla para que vieran que sí, efectivamente, yo me estaba robando el agua: muestra un tubo de dos pulgadas pero es mentira, es un tubo de tres cuartos; vamos al lugar de los hechos. La toma está hecha pero no se ha tomado el agua; yo tengo mi pozo, gracias a Dios, un pozo igual al que tiene la empresa ganadera, digo, que hizo la ganadera. Con mi pozo, yo, ¿para qué voy a querer más agua? Esa toma yo la hice con el propósito de regar mis arbolitos, no para otra cosa, no para una fábrica como se dice, yo tengo mi pozo para hacerlo”.
Aunque poco faltó para el presidente Cruz Castro acusara a Marín Colón de invadir su propio terreno y causarse daños, en las tres inspecciones realizadas por El Faro al sitio de los hechos se pudo constatar que el tubo de poliuretano que está enterrado es de dos pulgadas; en la última visita, en un tramo que se encuentra destruido se pudo observar que dentro del tubo de plástico se encuentra otro de metal, al que alude el presidente, el de tres cuartos de pulgada.
Pero el señor presidente de Cuajinicuilapa, Cruz Castro, como dice una cosa dice otra:
“Ahora, sale la foto en que según yo hice la toma: él [Marín Colón] rompió el tubo de la red que alimenta a la población; los muchachos del Agua Potable andaban reparando el tubo que él dañó con la máquina, porque llevó una máquina a dañarlo, no es que andaban haciendo mi toma mía. Eso es mentira todo eso: él mismo fue a dañar la tubería. Y esa es la foto que sacan. Él mismo hizo la excavación con la máquina, porque no sé qué máquina iría. Y ahora me echa a mí que yo hice la toma, cómo hice el desastre, le dañé… Él, todo lo que está hecho él lo hizo; a mí me gustaría que fuéramos al lugar de los hechos”.
E insiste, con el lugar de los hechos, además de asegurar, con enjundia, casi con enojo, que todo esto son maquinaciones de El Faro:
“Yo no entiendo por qué se dice que me estoy robando el agua si he hecho mi pago, se iba a hacer ciertamente una toma y ahí está, ahí están los hechos. Se dice que es un tubo de dos pulgadas, eso es mentira, me gustaría que fuéramos al lugar de los hechos, es un tubo de tres cuartos. Que hable con la verdad, aquí, el del periódico de El Faro, que no diga mentiras, que no porque usted no me pueda ver quiera decir lo que usted quiera decir, hable con la verdad, señor, no que engañe a la gente con mentira, o quiera echarme a la gente encima, eso no se vale, señor; usted, su periódico, hable siempre con la verdad, si estoy mal, pues, adelante, estoy mal, hay que reconocer, y si es mentira, ¿cómo va a ser posible que se le argumente a alguien con mentiras cuando no es? A mí me gustaría que fuéramos al lugar de los hechos y se viera la realidad… Aquí está el tubo, dentro del tubo está otro tubo” (y enseñó una foto).
El reportero de El Faro, que se encuentra frente al presidente que dice una cosa y dice otra, a menos de tres metros, desde donde no puede dejar de verlo e, incluso, retratarlo, mira perfectamente alterado al señor presidente:
“Que no se miente de que nosotros estamos aprovechándonos de la autoridad como ha dicho en el periódico. Vamos al lugar de los hechos y vemos la realidad, porque a mí se me ha argumentado mucho que me estoy robando el agua, que hice una toma sin permiso; tengo mi contrato donde yo, en 2002, cuando estaba Constantino [García Cisneros] hice una toma, sí ciertamente, no lo voy a negar pero tengo mi contrato, mi permiso y donde hice los pagos, y hasta el último momento en que estuvo la administración de Vicente [Cortés Rodríguez], que estuvo Aniceto [Rojas Colón] como director del Agua Potable, aquí tengo el pago de esa toma”.
Esta parrafada del presidente, confundidora como discurso de político corrupto, es el preludio para denunciar un complot en su contra, en el que, por supuesto, se incluye a El Faro, quien sería el medio para publicar las maquinaciones de no sé sabe bien a bien quién porque no lo dice el declarante:
“Y sí, aquí tengo mi contrato, señores, yo no le estoy robando nada a nadie, y aquí está mi último pago que hice a la administración anterior; que no quería hacerlo Aniceto, hasta ahora yo entiendo que no quería hacer el pago cuando yo ya debía el agua, hasta ahora yo entiendo que no lo quería hacer para que ahora me sacaran: No, pues, esté se estaba robando el agua, nunca pagó, que muestre su recibo. Aquí está el recibo”.
Y da detalles de esa conspiración en su contra:
“Nomás porque el señor Cupertino, el que trae el volteo, le dijo: Cóbrale al señor, te está pagando lo que realmente ya gastó del agua. Fue por eso que me aceptó el cobro. No quería cobrarme. Eso yo lo vi mal. ¿Por qué no me va a cobrar si es un agua que ya consumí? Yo la debo. Y aquí está mi último recibo, hasta diciembre de 2008, cuando ellos estuvieron”.
También insiste en explicar que el tubo no es el tubo sino el tubo, y que no le sirve para nada, que realizó una toma clandestina por nada y, ahora, ni siquiera para regar sus arbolitos:
“No es un gran tubo, como se dice, es un tubo dentro de otro tubo. Yo no estoy esperanzado a esa tubería que va de allí, eso es para una casualidad que se llegara a ocupar cuando fallara mi pozo, fallara algo, fallara la luz, no sé, hay una toma, pero una toma normal, es de tres cuartos, ahí está, está tirada todavía. No qué dice que de dos pulgadas, que le estamos robando el agua al pueblo, pero, si eso apenas fue, yo no sé cómo dice que me la estoy robando si apenas va a tener el mes, ¿cómo es posible que ya me la estoy robando y ni siquiera tiene el mes para decir: Ya lleva más de un año, el señor, y no paga el agua, se la está robando. Yo aquí tengo mi contrato, donde yo hice en 2002 mi contrato, y el último pago que hice en el 2008”.
Y concluye con unas palabras que serían aplaudidas por varios de los acarreados:
“Que se hable siempre con la verdad, si aquí no venimos a aprovecharnos del poder, venimos a servir”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario