EDUARDO AÑORVE
CUAJINICUILAPA
Un arcoiris de putería y arrechera recorre la calle principal de Cuajinicuilapa: es la fiesta que despliegan en público los seis equipos de basketbol gay de la región que se han convocado aquí para festejar diez años de convivencia pública.
Fotografía: Cuajinicuilapa
La putería, uno de cuyos nombres remite a su padre, Eros, ese viejo dios tutelar de los humanos de todas las latitudes. Y la arrechera, su hermana, con nombre local.
Fotografía: Ometepec
Fotografía: Piedra Boluda
Gays adultos, jóvenes y hasta adolescentes desfilan, al ritmo de músicas festivas; la gente se asoma a mirar a esos cincuenta o sesenta ?hombres¿, ?varones¿ que salieron a mostrarse sin simulaciones.
En apariencia de mujer, en apariencia de hombre... !qué importa¡ A los gays convocados de Ometepec, de Tlacoachistlahuaca, de Piedra Boluda, de Cuajinicuilapa, de Cochoapa, de Azoyú no les preocupa más que verse bien, que mostrarse: que se den cuenta de que aquí están y van a convivir, con más ?gloria¿ que pena.
Fotografía: Azoyú
Son las diez de la mañana del sábado 6 de abril; más tarde, esos gays van a competir en baketbol en la cancha central. En la reunión de capitanes de los equipos se opina, se discute y se toman decisiones sin mayor complicación, quedando todos contentos. Así, deciden que la siguiente sede de esta convivencia será Piedra Boluda, pues el otro postulante, Azoyú, ha decidido declinar para darle la oportunidad a sus compañeros de celebrar el onceavo encuentro en su pueblo.
Fotografía: Cochoapa
También resuelven con presteza, y justicia, un asunto sobre la presencia de un equipo de basketbol no invitado por ellos, quienes probablemente acudieron a la convivencia animados por los cinco mil pesos para el ganador del torneo: no los invitaron, no participarán, porque se trata de convivir más que de ganar o de competir por el dinero.
Carlos Ayona, David Castañeda, Paco Castañeda y Licho Añorve son quienes encabezan el grupo de gays y no gays que organizan este encuentro; a ellos los apoyan muchas personas.
Entrevista con Licho Añorve, uno de los organizadores
A esta entrevista acudirían Carlos y Licho; sin embargo, por cuestiones de horario de este reportero, sólo se pudo conversar con el segundo, en la sala de su casa. Se dice cansado por el ajetreo de las actividades del día pasado; y se le cree: se le nota en las ojeras.
¿A quiénes convocaron a desfilar? No iban muchos gays de Cuaji en el desfile.
Convocamos nomás a los equipos participantes, porque siempre así se ha hecho cuando vamos a los otros municipios a los que les toca la sede. No convocamos a nadie de la sociedad de Cuaji porque... con represalias, con miedo, con temor de que fuéramos a ser un poquito rechazados, pero parece que no hubo tal cosa.
¿Todavía tienen temor a ser rechazados?
Sí, la verdad que sí, tenemos un poquito todavía ese temor porque la gente no está muy abierta, no está muy acostumbrada a ver este tipo de desfiles. Ya ve que aquí somos... por algunas personas somos muy bien vistos, pero por algunas todavía como que dicen: “Oye, mira, ésos...”... como nos llamen. Entonces, allí está ese temorcito a no hacer cosas grandes, porque, pues, el temor... como somos aquí de groseros... a apedrear, a abuchear, a decir de palabras...
La envidia...
...¡la envidia! La envidia, porque, creo yo, que nos salió un poquito bien. Ya, la gente lo dirá si nos salió bien o no.
Yo tengo la impresión de que en Cuaji estas cosas son abiertas... Bueno, hace casi treinta años se casaron dos hombres y no hubo gran problema, sobre todo si lo comparamos con lo que pasa en otros lugares, donde hay hasta muertes...
Sí, pero, no sé si te acuerdas, al finalizar llegó la policía, y desbarataron la fiesta. ¿Por qué? Por órdenes del ayuntamiento, ¡quién sabe!, pero desbarataron la fiesta. Ahora sí que es un secreto a voces, de la homosexualidad que tenemos, pero la misma gente nos dijo: “¿Por qué van a hacer esto?”. Sí, en otros lugares hay muchísima violencia, pero nosotros aquí, eso es lo que hemos estado peleando: quisimos hacer ese desfile para ver, para medir a la sociedad, y de aquí empezar a hacer próximos eventos, campañas de limpieza y otras cosas, y ver qué tanto somos aceptados por la sociedad, y parece que sí, mi percepción es que lo logramos, por lo que nos dijeron, por la cantidad que estuvieron acompañándonos, cuando menos, con esas personas contamos para seguir trabajando más adelante.
¿A quiénes les molestaría que ustedes se manifestaran?
Algunas personas, no todas...
¿Hombres?, ¿mujeres?, ¿homosexuales?
Sí, algunos homosexuales que... tú sabes que uno no es monedita de oro. No invitamos a toda la comunidad gay de Cuaji, pero sí hay compañeros que no nos apoyaron, que decían: “¡Ay!, ¿para qué van a hacer eso?”...
¿Cuál es la posición de ellos?, ¿que ustedes no hagan nada?, ¿que estén ocultos?, ¿que no formen parte de la comunidad donde viven como gays?
Así es. Pero eso es lo que yo les decía: “Pero si ustedes ya son gays hechos y derechos, abiertos, ¿por qué no nos apoyan? Échennos la mano”. Pero respondían que la gente nos iba a repudiar. Pero no, hay que empezar con algo para ver si nos van a aceptar. Sí, hubo muchos compañeros gays que no nos apoyaron, y unos cuantos apoyándonos nada más de dientes para afuera.
Parece más madura la sociedad que la comunidad gay...
Hasta cierto punto sí, porque yo no sé cuál es su forma de pensar: creo que entre gays nos queremos lastimar unos a otros. Yo no soy de esa idea, a mí me gusta ayudar a los demás, a los compañeros gays, pero hay muchos que no. Ahorita, por lo que vimos, creo que la sociedad está un poquito más abierta a ayudarnos, a nuestra comunidad gay o a este grupo de personas que anduvimos trabajando para este evento.
Porque una cosa es el respeto y otra es la envidia, ¿no?
Así es, y entre nosotros mismos ha existido la envidia. “Yo, -les digo a mis compañeros-, yo respeto a todos, los estimo, y si en algo los puedo ayudar, yo los ayudo”. Pero hay muchos que nos ven con eso, con envidia: “¿Por qué él está haciendo eso?, ¿por qué él está dirigiendo?”, y entre nosotros mismos nos echamos tierra. Pero eso es algo que hemos venido trabajando poquito a poquito, con el grupo que andamos, de tratar de cambiarlos. Y ayer, por lo que vimos, pues sí, anduvimos todos como un equipo, a final de cuentas. Esperemos que así continuemos.
¿Quién los apoyó?, ¿los apoyó el ayuntamiento?, ¿los apoyaron las autoridades?
Del presidente no tuvimos ningún apoyo. Nos apoyaron dos regidoras y el síndico, pero a título personal. Al presidente lo buscamos por dos semanas consecutivas y nunca nos pudo atender, tenía otras reuniones. Yo lo entiendo, ¿verdad?, es una persona que tiene muchas ocupaciones, no nos pudo atender. El director de deportes nos dijo que iban a pintar la cancha, pero, al final fuimos nosotros quienes pintamos aunque sea las líneas de la cancha. No tuvimos ningún apoyo del ayuntamiento; sí nos apoyaron otras personas de la sociedad...
¿Hicieron alguna gestión ante el ayuntamiento?
Sí, llevamos una solicitud al secretario del ayuntamiento, el licenciado Yovani, y nos dijo: “Sí, yo se la entrego al presidente, vengan ustedes mañana”. Acudimos al día siguiente, y ya, no estuvo. Lo quisimos tomar en cuenta como autoridad municipal, más que nada...
¿Él también pertenece a la comunidad gay?
No, pero como ahorita quisimos incluir a toda la sociedad... Yo no sé si su preferencia sexual es gay... Lo quisimos tomar en cuenta, íbamos todos los días, casi a todas las horas, pero nunca estuvo. Incluso, el día viernes estuvimos esperándolo hasta las cuatro de la tarde, ¡pero nunca llegó!
¿Y a qué le atribuyes tú eso, que nunca llegó, que nunca los atendió?
Pues, no sé. Yo entiendo que es una persona muy ocupada, pero yo creo que nos debió atender, aunque sea nos debió dar un espacio de cinco minutos, para atendernos. Nosotros somos parte de la sociedad, pero nunca le vimos la cara. El secretario siempre nos decía: “Es que está ocupado, vengan ahorita en cinco minutos. Es que está en una reunión, en media hora los atiende...”.
¿Ni a través de alguien más, o por escrito, tuvieron respuesta?
No, ya no tuvimos ninguna respuesta de él: que al ratito, que luego...
¿Es una falta de respeto?, ¿cómo ves esa actitud?
Yo creo que sí, porque nunca nos atendió. Yo creo que sus múltiples ocupaciones no le permitieron atender a ciudadanos, porque si no nos quiere ver como un grupo de gays, como ciudadanos que somos tenemos el derecho de que nos reciba, de gestionar algún apoyo. Pero, por parte del presidente no tuvimos ningún apoyo. Estamos muy agradecidos con la gente que nos apoyó, eso sí, porque si no las cosas no habrían salido tan bien, y esperemos seguir trabajando en adelante con nuestra agrupación gay.
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