12 de enero
Juan Carlos Fuentes Codallo, agente de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero (PJEG) del grupo de Cuajinicuilapa, que se dedica a extorsionar a vecinos escudado en su condición de funcionario público, ha sido y es motivo de nuevas denuncias de ciudadanos de este municipio.
A decir de una ciudadana de esta cabecera municipal, hace tres años una familia del Distrito Federal sufrió un accidente en la carretera federal 200 Acapulco-Pinotepa, a la altura del crucero de San Pedro Orizaba, estado de Oaxaca, ubicado a unos diez kilómetros Cuajinicuilapa.
En el accidente, algunos de los miembros de esa familia sufrieron traumatismos graves; posteriormente, los restos del automóvil en que viajaban fue trasladado a Cuajinicuilapa, al patio delantero de la mujer que enuncia esta acusación.
“Durante tres años estuvo esa chatarra en mi patio y no pasó nada, hasta hace unos días cuando vino ese hombre y me dijo que el carro tenía reporte de robo; yo me alarmé, y le aclaré la situación, pero él me hostigó por tres días seguidos, hasta que consiguió que yo le diera el teléfono de la familia accidentada.
“A ellos les habló y les dijo que yo me iba a ir a la cárcel si no le daban 15 mil pesos, porque el choche era robado; esa familia se espantó y vino al siguiente día; tuvieron que empeñar su casa para poder viajar, porque estaban sin dinero después de que varios de ellos tuvieron que recibir tratamientos médicos, incluso a uno de ellos se le tuvo que colocar marcapasos.
“Llegaron, trajeron toda su documentación para probar que no era robado, que ellos se lo habían comprado a la mamá de la señora y que ella no podía haber puesto una demanda; pero el hombre era necio.
“Al final, ellos se llevaron su chatarra para que yo no tuviera más problemas; y al judicial ese me imagino que le dieron sus dos mil pesos para que les diera un documento y no tuvieron problemas con el traslado del coche chocado.
“No pasó a mayores, pero, imagínate, a mí me anduvo hostigando varios días, amenazando que podía irme a la cárcel por robo; y yo le dije que yo era una persona honrada, trabajadora, que su presencia en mi casa me podía perjudicar porque durante varios días la gente estuvo viendo que él venía y venía a mi casa”.
Pero no es el único relato.
Otros hombres refieren situaciones similares, de las que fueron testigos o protagonistas, acusados por este agente de la PGJE que todavía patrulla las calles de Cuajinicuilapa, con su chaleco antibalas, en la camioneta oficial, buscando a quien extorsionar.
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