A su tumba, acompañan bailantes a “Cuauhtémoc” negro de la danza de La Conquista en Cuajinicuilapa

Los bailantes de la danza de La Conquista, en cabeza del cortejo fúnebre

1 de enero

Encabezando el cortejo de enterramiento, una veintena de bailantes de la danza de La Conquista de Cuajinicuilapa perfectamente ataviados acompañaron a uno de los suyos a la tumba: Juan Vega Bacho, quien durante varios años asumiera el papel de Cuauhtémoc y falleciera el pasado viernes 1 de enero.

El afromexicano Juan Vega, quien cumpliría 69 años el día 27 de este mes, a fines de los ochenta y principio de los noventa formó parte del grupo de danzantes de La Conquista, mismo que desde hace más de medio siglo baila esa danza en Cuajinicuilapa en honor a la virgen morena o de Guadalupe.

En 1992, Rafael Rebollar realizó el documental Tercera raíz: danzas de la Costa Chica, con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; en ese video Juan Vega aparece en su personaje de Cuauhtémoc, en una representación de la danza hecha en Tierra Colorada.

Los bailes y danzas abordados en ese documental fueron Los Diablos, del Quizá, Gro.; La Conquista, de Cuajinicuilapa, Gro.; Los apaches y La artesa, de San Nicolás, Gro.; El machomula y La tortuga, de Lo de Soto, Oax.; y Los tejorones y Son mixteco, de Pinotepa Nacional, Oax.

Curiosamente, Juan Vega, cuyos rasgos físicos lo ubican como negro en la clasificación más corriente, representa el prototipo del criollo de Cuajinicuilapa (y de otras comunidades de la Costa Chica) que asume el papel de mestizo que el Estado y los gobiernos posteriores a la revolución mexicana han insistido en internalizado en los costeños.

En esta concepción del mestizo (que habla la lengua nacional, que conoce y guarda las celebraciones y los símbolos llamados nacionales -como el himno y la bandera-, que profesa la fe católica y venera a la virgen morena o de Guadalupe, entre otras características), el afrodescendiente como tal desaparece por haberse asimilado a aquel, a pesar de las notorias diferencias culturales y, más enfáticamente, fenotípicas -como el color de la piel, el cabello cuculuste o enredado o chino, la chatez de la nariz, etc.

Por ello mismo, es perfectamente congruente observar cómo en esta representación de la conquista española, certificada por la iglesia católica, los bailantes representan a personajes españoles e indígenas, sin ocuparse por los protagonistas africanos, de quienes la mayoría desciende también, y sin siquiera cuestionar esta versión de estos hechos históricos.

Es curioso observar en el video al difunto Juan Vega, ataviado con un disfraz supuestamente azteca que lo inviste de Cuauhtémoc, recitando su parlamento, del modo como lo enseña la escuela laica, a otro negro disfrazado de Cortés, con voces mochas o criollas: “Toma ese puñal que tienej en el sinto y mátame”.

Apenas pisando el umbral de este nuevo año, Juan Vega (“primer periodista de Cuaji”, como se refiere festivamente a él un vecino que asegura que era uno de los hombres más informados y dispuesto a informar a los demás) falleció y fue acompañado a su tumba por los bailantes de La Conquista, en la que han participado y participan hijos suyos.